Hugo Solano
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San José - Desde esta semana la cárcel de San Sebastián tiene entre sus inquilinos a un graduado en Ingeniería y Sistemas del Colegio Lincoln, que hizo una especialidad en México y es Máster de la Universidad Complutense de Madrid.

Andrés Alvarado Prada, conocido como “Gato”, de 34 años, es, a juicio del Tribunal Penal de Pavas, autor responsable de dos delitos de violación, perpetrados en diciembre del 2004 en contra de María Laura Víquez, de 25 años.

Este asesor de los exministros de Hacienda Federico Carrillo y Guillermo Zúñiga es amante y practicante de deportes como el surf, volibol, fútbol y Karate.

Pese a ello, sus rodillas flaquearon el jueves pasado a las 4:05 p.m. al escuchar la condena que se trajo al piso todos sus ideales.

De acuerdo con la presidenta del Tribunal, Alicia Salas Torres, el testimonio persistente de la ofendida, en el sentido de que ella no consintió la relación sexual de aquella noche en una fiesta de barra libre, en Santa Ana, es determinante.

En la sentencia, el juez Gustavo Cedeño narró que en el juicio se habló del estrato o clase social al que pertenecen los cuatro encartados y la víctima, del nivel académico, del tipo de actividades recreativas y deportivas a que se encuentran acostumbrados los imputados y la ofendida (que en ese tiempo practicaba gimnasia).

Sin embargo, dejó claro que todas las declaraciones fueron valoradas por el Tribunal con apego a la sana crítica, la lógica, las reglas de la psicología y la experiencia.

Comentó que el Tribunal no analizó el contenido de fondo a partir de un discurso de género, pero tampoco se excluyó.

“Así como no hay una regla que diga que hay que creerle siempre a la mujer, tampoco hay una que señale que si no murió en la gresca para defenderse, entonces se dudará de su versión”.

La ofendida expresó que después de ir a los baños comenzó la agresión. Dijo que luego estaba en un carro donde lo primero que describió es que Andrés Alvarado estaba encima de ella, violándola sin piedad, a la fuerza, de manera salvaje, primero sobre su vagina y de seguido en el ano.

Para el Tribunal testigos como la psicóloga Cecilia Martínez y el pisquiatra José Acuña corroboran los hechos.

Martínez llegó al hospital Cima el día de los hechos y la encontró en posición fetal, lo que, según los jueces, evidencia que una persona busca seguridad. La vio tiritando, repetía que la habían abusado y se quejaba del dolor anal.

A los 10 días, el psiquiatra Acuña la vio con taquicardia, sudoración y llantos. Esto, según los jueces, evidencia el sufrimiento.

Partes del fallo

María Laura rompe el esquema y hace una denuncia sabiendo que el estereotipo y el perfil de un violador no tiene nada que ver con el perfil del imputado.

En la querella se sostiene que los cómplices son parte de un plan criminal previo, pero la Fiscalía descarta eso porque establece que Andrés actúa solo y luego llegan los otros.

La ofendida dijo sentirse avergonzada, humillada, impotente y tenía temor de ser asesinada al finalizar el abuso sexual, porque su vida estaba a merced del imputado.

María Laura se fue al mes siguiente (enero del 2005) hacia la Universidad de Monterrey. Hizo 33 visitas a la psicóloga en 8 meses. Eso, para el Tribunal evidencia sufrimiento.

Tras la relación “Gato” se fue con sus amigos

No siempre el violador es el sujeto que sale de un cafetal, dijo la jueza A. Otárola.

Una circunstancia que el Tribunal tomó en cuenta para evidenciar que la relación sexual entre María Laura y Andrés no fue de consenso y placentera, como lo afirmó “Gato” en el juicio, fue lo que él hizo al concluir.

“Inmediatamente que sacan a esa muchacha, en esa condición, en que el imputado dice que estaba manteniendo una relación voluntaria, ellos se van en el vehículo. Ni siquiera se percatan de qué es lo que estaba sucediendo con la joven y si ella está o quedó en buenas condiciones”, dijo la jueza Alicia Salas.

Este Tribunal le cree a María Laura porque ella estaba en estado de ebriedad y eso, en una joven de 20 años, la debilita físicamente y la hace más vulnerable”, indicó.

También agregó que cuando se acercó el primer conocido de ella, Emilio Münkel, y la alzó, fue a la primera persona a la que dijo “me violaron”.

Otros aspectos de peso fueron que ella dijo que fue violento, que dos testigos (Francesca Poma y Richard Lyon) la vieron caerse en la fiesta y que el examen de toxicología reveló un nivel importante de alcohol en su sangre.