Carlos Freer, cineasta
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“Cuando mi sueldo pase de cuatro mil colones, no me paguen ese aumento, porque también recibo unas dietas (de unos veinticinco colones) por mi labor en la junta directiva del Banco Central”. Palabras más, palabras menos, esa fue la petición que Rodrigo Facio hiciera al Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica, cuando desempeñaba el cargo de rector allá por 1960.
En otra ocasión, cuando se edificaba la ciudad universitaria, le pidieron construir una capilla para celebrar misas y otros ritos católicos. Conocedor del carácter laico que le conviene a una universidad pública, contestó que la haría si era para celebraciones de todos los cultos. Hasta allí llegó la petición. En otro momento, cuando viajó a firmar un convenio con la Universidad de Kansas, el Consejo Universitario le solicitó que buscara una beca para un doctorado en entomología.
Allá conoció al Dr. Álvaro Wille –costarricense ilustre– quien acababa un doctorado en tal especialidad. De inmediato le ofreció contrato. A su regreso, informó al Consejo que en vez de la beca traía al graduado.
Cuentan que don Rodrigo disfrutaba mucho las fiestas de la Semana Universitaria. Y algunas veces, era el último en irse. Pero al día siguiente, era el primero en llegar. Y llamaba a toda la gente para ver si estaba en su puesto. En fin, de él se puede hablar como hombre de múltiples facetas. Pero este sumario anecdótico nos hace conocer mucho del gran hombre que fue Rodrigo Facio Brenes.
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