Juan Diego Villarreal
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Mayagüez, Puerto Rico. La psicológa del Equipo Olímpico de Costa Rica, Laura Moreira, comentó que la relación de padres e hijos en una escuadra puede generar presión y angustia, sino se trata bien, o no se habla antes de una competencia deportiva.

“Los lazos de comunicación entre el papá y su hijo deben ser buenos. Tienen que tenerse claro que los sentimientos familiares y los deportivos no deben mezclarse. Si el entrenador es el padre o bien la madre debe diferenciar el sentimiento hacia su hijo, hacerles ver que el rol del técnico es diferente al cariño en el círculo familiar”, sentenció Moreira.

La especialista comentó que muchas veces existe más presión de la mamá hacia la hija o hijo si es su entrenadora.

“A veces las madres confunden los sentimientos y deseos, pues deposita en su hijo su deseo de haber intentado alcanzar un logro importante y no haberlo conseguido y esperan que ellos lo hagan y eso muchas veces trae angustia al deportista. Allí es donde debe diferenciarse el rol de madre y entrenadora y hacerles entender que el cariño no va ir de acuerdo al rendimiento”.

Moreira enfatizó que para evitar este tipo de problemas la clave está siempre en el entendimiento, más aún cuando se conviven bajo un mismo techo y se vive el deporte intensamente.

“Cuando se tiene el entrenador en casa es un poco más complejo, sobre todo en la adolescencia. Si es una disciplina donde se debe mantener el peso posiblemente el “entrenador” estará allí para decir que debe comer y que no, por lo que de alguna manera genera estrés”.

El hijo siempre va a buscar agradar al padre, es natural y hará todo lo que pueda por lograrlo, pero siempre en la familia debe darse esa diferencia en que no importa si me va bien o mal, siempre va contar con el cariño y la comprensión de sus padres”.

En cuanto a la relación entre hermanos, la especialista aseguró que “casi siempre es muy buena, se apoyan mutuamente, se dan apoyo, pero cuando el mayor destaca, al menor le cuesta pasar esa barrera hasta no tener una especie de “permiso” o el visto bueno para hacerlo”.

Al referirse a los novios dentro de un mismo grupo de deportistas, indicó que si se llevan bien no hay problema, pero si surgen las discusiones y los celos eso puede desconcentrar a uno o ambos y puede repercutir en el rendimiento deportivo”.