Patricia Recio G.
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Por sus aulas han pasado miles de mujeres. Muchas de ellas trascendentales para la historia de nuestro país.
María Isabel Carvajal (Carmen Lyra), Julieta Pinto, Yolanda Oreamuno y Carmen Naranjo, son solo algunas de las que alguna vez vistieron el particular uniforme a rayas.
En sus esquinas, que han resistido los casi 120 años de ser un pilar en la formación de destacadas mujeres, aún se pueden escuchar los susurros de los típicos secretos de las adolescentes.
Su estructura corresponde a una de las primeras edificaciones del Estado para marcar el inicio de la formación académica de la mujer en Costa Rica.
Es precisamente ahora, cuando tras varias décadas el centro educativo que se impone en pleno centro de la capital, se remoza para seguir siendo vital en la formación de miles de muchachas.
Las paredes, pisos viejos de mosaico y madera en ambos edificios, así como los patios, son parte del proyecto de restauración en el que el Ministerio de Educación Pública espera invertir unos ¢1.800 millones.
Las obras, supervisadas por Patrimonio Histórico, procuran que el “Seño” mantenga su elegante porte intacto.
Es único
El Colegio Superior de Señoritas se fundó el 14 de enero de 1888, mediante el decreto XIX firmado por el presidente de la República, Bernardo Soto Alfaro. Las clases en el actual edificio se iniciaron en 1893.
Las primeras transmisiones inalámbricas en nuestro país se recibieron en una antena instalada en la azotea del edificio del Colegio.
Es un edificio de tipo renacentista y forma parte de un grupo de estructuras públicas únicas, como el Teatro Nacional y la Catedral Metropolitana.
Declarado de Interés Histórico y Arquitectónico (incluyendo el edificio de la antigua Vitalia Madrigal) el 5 de mayo de 1981.
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