Miguel Calderón Suárez
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Los restos humanos hallados el pasado 19 de mayo dentro de una maleta en una quebrada en Copey de Tibás, serían de un joven panameño de 20 años.
Se trataría de Rodolfo Miguel Sánchez Pérez, vecino de Penonome, capital de Coclé, Panamá y quien, según sus padres, se encuentra desaparecido desde el 13 de mayo anterior cuando salió de la casa de su abuela y dijo que se iba a ausentar por cinco días.
Mientras el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) aún no logra identificar el cuerpo, ayer Clorinda Pérez, supuesta madre de la víctima, expresó, vía telefónica, que ella, junto al padre del muchacho, reconocieron el cuerpo, gracias a los tatuajes publicados por la prensa tica.
“Estábamos desesperados. Fuimos a la Dirección de Investigación Judicial (DIJ) y nos dijeron que el cuerpo de nuestro hijo podría estar en Costa Rica. Buscamos en Internet y encontramos las fotos de los tatuajes. De inmediato supe que era mi muchacho”, expresó la señora.
El OIJ dio a conocer varias fotos en donde se observan los tatuajes de la víctima en distintas partes del cuerpo; entres ellos, varios nombres de mujeres.
Pérez explicó que uno de los nombres que tenía grabado Rodolfo es el de Alison que, según ella, es la hermana menor.
El fallecido poseía un dibujo en la pantorrilla derecha de un payaso que decía Reyna, que representa a su abuela.
En la espalda, el joven llevaba el nombre de Angie Guadalupe. “Este era el nombre de su exnovia. Fueron novios hace como dos años, mismo tiempo en el que mi hijo se realizó el tatuaje”, aclaró muy dolida la mujer.
Agregó que Rodolfo tenía tatuado en su brazo izquierdo el número 17 en romano, que significa la fecha de su nacimiento (17 de julio de 1990).
Malas amistades
La familia del muchacho, a quien durante la autopsia le encontraron 5 óvulos de heroína, presumen que el joven se habría integrado a una organización narco, que lo utilizó como “burro” para traficar la droga a otros países a cambio de dinero. “Rodolfo era un muchacho de casa, muy trabajador y como dicen “chambeador”. Ya había salido de la secundaria. Recuerdo que trabajaba en todo lo que fuera”, recordó su padrastro Fernando.
Manifestó que el día de su desaparición solo dijo que le había salido un trabajo y que regresaba en cinco días. La madre dijo que en los próximos días vendrá a Costa Rica a reclamar los restos de su hijo. Ayer se intentó conocer la versión de Jorge Rojas, director del OIJ, pero no contestó varias llamadas telefónicas.
Familiares de jóvenes perdidos temen lo peor
Fernando Gregal, padrastro de la víctima, afirmó que dos amigos de Rodolfo permanecen desaparecidos desde el mismo día que perdió el rastro de su hijastro.
“El día de su desaparición, Rodolfo salió de la casa de su abuela con dos jóvenes. Uno de ellos se llama Alexis Fuentes y tiene un tatuaje en el pecho”, comentó ayer vía telefónica.
Al parecer, los tres cruzaron la frontera e ingresaron a Costa Rica vía terrestre, según dijo Gregal.
“Aquí en Penonome la familia de Alexis está muy preocupada porque temen que también lo hayan matado”, agregó.
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