Felipe Arrieta
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La semilla de ojo de buey según los brujos, tiene una energía muy especial, la cual crea una coraza a las influencias negativas externas.

Ese es el objetivo del grupo nacional que tiene por nombre el de la peculiar semilla; llevar buenas vibras con su música.

Ojo de Buey nació en mayo del 2007 y lo que empezó como un vacilón se ha convertido en una de las mejores propuestas musicales del país.

Sus influencias musicales son muy diversas, desde el roots jamaiquino y salsa hasta el rock, por lo que llamaron a su música roots latino.

“Ciertas piezas tienen salsa o rock, es como más fusionado”, explicó Carlos Agüero, vocalista de la banda.

Sus letras no traicionan al género del reggae roots y le cantan a la paz, amor y a la vida.

“Más que todo tratamos de dar un mensaje positivo, de la vida, amor y cosas cotidianas”, contó el joven.

Las canciones salen de la mano de su vocalista, los demás le agregan lo suyo hasta lograr el resultado final.

La agrupación grabó días atrás su primera producción en Playa Herradura, en Puntarenas.

Ojo de Buey quiere que la producción sea una sorpresa, por eso sus miembros sólo dijeron que traerá entre 10 y 13 canciones.

Al disco le están dando los últimos retoques y esperan poder presentárselo al público muy pronto.

El trabajo de Ojo de Buey no para ahí, en los últimos meses se codearon con los más grandes exponentes del género roots.

Primero fue en el Irie Fest, donde fueron teloneros de artistas como Jah Cure y Cultura Profética.

Más recientemente en el Festival Espinar, donde el estelar era el jamaiquino Seal Paul.

“En realidad la respuesta del público fue positiva, por dicha se nos dio la oportunidad”, dijo “Cayeto”.

Pero Ojo de Buey tiene muy claro donde empezaron y su rápido ascenso no ha provocado que se les suban los humos a la cabeza.

“Sea tarima pequeña o grande lo que nos gusta es tocar, uno da el mismo esfuerzo pero también es bonito ir cambiando de escenarios, son experiencias diferentes”, concluyó Agüero.