Neyssa Calvo Achoy
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No existe una vacuna en el mundo que pueda prevenir los accidentes de los niños y en su propia casa. Sin embargo, sí se pueden reducir con prevención.

El secreto está en andar con los ojos bien abiertos y darle un vistazo al hogar para evitar aquellos objetos que podrían convertirse en enemigos de los pequeños.

El director del Hospital de Niños, Rodolfo Hernández, señaló que la mayoría de las lesiones que incluso ameritan intervención médica suceden en los hogares.

Según las estadísticas de ese centro médico, en promedio se atienden a diario seis pequeños por caídas y al menos uno debe permanecer internado por la severidad de la lesión.

El pediatra Elías Jiménez del Hospital Clínica Metropolitana enfatizó que la gente es muy confiada y olvida que los niños no miden el peligro.

“Los dejan bajar solos las escaleras y no los vigilan cuando usan andadera. Los adultos tienen que revisar sus casas y proteger a sus hijos de posibles heridas, por ejemplo cubriendo los bordes de las mesas”, añadió.

Las quemaduras son otra causa por la cual muchos infantes asisten a consulta.

“Se queman en la cocina y por negligencia de los adultos”, resaltó el doctor Hernández.

Reveló que todos los días se atiende un menor de 13 años quemado y el 80 por ciento de los casos son por tener contacto con agua, sopas y leche caliente.

Bien seguros

Coloque puertas protectoras en las escaleras.

Las sillas deben ser estables, seguras y si son altas sujete a los niños.

Evite que sean alzados por otros menores.

Procure que los pisos no estén resbalozos o mojados.

Use alfombras o superficies antideslizantes en los baños de las casas.

Mantenga fuera de su alcance medicamentos, venenos o productos tóxicos.

No cocine ni encienda fuego cerca de ellos y menos si los tiene en brazos.

No transporte cosas calientes cerca o por encima de los pequeños.