Gabriela Quirós, colaboradora
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Una velada romántica pero cargada de un humor con mucho estilo, fue la estrategia que usó Braulio para dejar más que complacidos a sus seguidores la noche del sábado, en su concierto en el hotel Plaza Ramada Herradura.

El español enamoró a los 700 asistentes cómodamente sentados y salió a escena a las 9:15 p.m. con “Sobran las palabras”.

“Me encuentro muy contento de estar en este lugar, Costa Rica. Me encanta estar aquí. Un hermoso país sin ejército”, dijo al terminar su primer tema.

Al finalizar la canción “Pequeña amante”, comentó que tenía un secreto, y era que al cantar esa pieza debía parar y hablar de cualquier cosa para recuperar el aliento. “Esto no me sucedía hace 25 años, cuando tenía 30 kilos menos”, bromeó el artista.

Siempre alegre y con buen humor, sonaron sus baladas con intermedios cómicos. Detrás de cada tema había una anécdota curiosa, cosa que mantuvo siempre atento a su público.

El lugar contó con buen sonido, el único inconveniente fue que algunas personas tuvieron dificultades para acomodarse en sus asientos.

“La más bella herejía”, “El vicio de tu boca”, “Vaya lío”, “El culpable”, “Cuando la magia se acaba” y “Noche de bodas” fueron parte de su repertorio.

Luego de interpretar “En la cárcel de tu piel” se retiró y el público lo trajo de vuelta con el “¡otra, otra!”.

Sacó su “Bancarrota”, salió y el cántico volvió a repetirse para concluir su noche con “Crónica de un viejo amor”, pero esta vez entre la gente, al bajarse del escenario, cosa que le deparó una lluvia de aplausos a las 11:45 p.m, dejando un buen sabor de boca.

El recital inició a las 8:25 p.m. con Allan López, de 27 años, que empieza a abrirse campo.

Seguido, a las 8:45 p.m. le tocó el turno al quinteto Máster Key, que interpretó cinco temas.

Juan José Rojas, vocero de la productora Tropix II, reportó que de las mil entradas que se colocaron a la venta sólo sobraron 300.