Franklin Arroyo González
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Temblores constantes, algunos percibidos por la población y un murmullo ensordecedor en el cráter del volcán Turrialba, son los nuevos fenómenos de dicho coloso.

Los sismos se sienten como movimientos constantes (trémores) y oscilan entre magnitudes de 2,5 y 3 grados. “Algunos son percibidos por la población”, dijo Eliécer Duarte, del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Oviscori).

También llama la atención el ruido que produce el volcán, “que pasó de ser como el de una gigantesca olla de agua hirviendo al de una turbina de un avión 727”.

“A 100 metros del cráter es ensordecedor. No hemos usado protección para los oídos, pero es bueno considerarlo en futuras visitas”, explicó.

Dijo que en el mirador del volcán se escucha la resonancia, aunque no se ubica en la dirección donde el viento suele pegar.

“Cuando hay una cavidad y un flujo importante de gases y vapores que la atraviesan y se producen esos sonidos, nos da la impresión que hay un espacio vacío en algún punto. Es probable que se formara con las erupciones del 5 y 6 de enero”.