Juan Diego Villarreal
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Tibás. Los primeros 25 minutos habían transcurrido sin pena ni gloria, juego aburrido, de pocas ideas y emociones.

En la gradería los aficionados morados se desesperaban y empezaron a gritar a todo “galillo”: “Partido, partido”.

Hasta entonces lo único que los había animado en el compromiso eran los constantes silbidos al exmorado Andrés Núñez.

Entonces la voz del “Pueblo fue la voz de Dios” y quizás escuchando sus ruegos, Gabriel Badilla al 27 con un cabezazo, abrió la cuenta para la victoria de 3-2 del Saprissa sobre el Brujas.

Jairo Arrieta, en una tarde inspirada, parecía que sentenciaba el compromiso al 41, cuando puso el 2-0, aunque Geiner Mora, con un golazo que hizo imposible la estirada del arquero Fausto González, marcó el 2-1 con un remate a su ángulo superior izquierdo.

A esas alturas Fausto ya se había quitado la careta que protegía su nariz y donde eran evidentes las puntadas de sutura.

“Me incomodaba mucho por la lluvia, no me dejaba ver bien las jugadas, se empañó, por eso me la quité sin permiso”, sentenció Fausto, quien fue figura al parar un penal al chiflado Núñez.

“De seguro se va a enojar Willy (Gálvez, médico del Saprissa), porque él piensa en mi seguridad, pero no me sentía del todo cómodo y me la quité”.

Arrieta al 47 aprovechó un nuevo servicio al área para marcar el 3-1 y poner cuesta arriba a los hechiceros, quienes de la mano de Yosimar Arias en la creación y Daniel Varela, “amarrando” a Wálter “Paté” Centeno, por momentos dominaba las acciones del compromiso.

Incluso con el lanzamiento de pena máxima que falló Núñez, los brujos bien pudieron acortar la distancia en los cartones.

La emoción prosiguió a pesar de la lluvia, los seguidores del cuadro de Tibás no volvieron a pedir “partido”, pues en sus ojos las anotaciones y las “tapadas” de Fausto los habían metido en el juego, a pesar que el agua corría por todo lado y el frío hacía presa a los que no llevaron suéter.

La anotación de Cristian Lagos, al 63, le dio fuerza y esperanza a los hechiceros, de intentar llevarse al menos un punto de la “Cueva del Monstruo”, situación que al final no se dio por las intervenciones de González, así como las fallas de sus hombres.

Allí es donde Andrés Núñez de seguro se dolió, pues el penal que erró era su “venganza” por el trato de los seguidores de la “S”.

Saprissa empieza a despertar, con algunos cambios en su alineación como Armando Alonso por la banda derecha y la inclusión de Mauricio Castillo en la medular, acompañando a “Paté” Centeno en las labores de creación.