Paulo Rodíguez, colaborador
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El Santos y Puntarenas llegaron al Ébal Rodríguez con tal de hacer de todo, menos fútbol, en un partido en que lo único rescatable fue que hubo goles.

Un gol de cabeza de Jhonny Cubero y otro del sorpresivo goleador del campeonato, Mario Víquez, le pusieron algo de sabor al partido jugado ayer.

El conjunto guapileño, a pesar de estar de local, no llevó peligro a la parte baja porteña, en todo el primer tiempo.

Fue hasta el minuto 47 de la primera parte que el goleador santista Jhonny Cubero aprovechó un entrevero en el área chuchequera, para abrir el marcador con un cabezazo solo frente al marco de Bryan Zamora.

Con este tanto, todo hacía pensar que para el complemento el Santos se levantaría de su letargo y el partido levantaría su nivel.

Pero como es normal en nuestro fútbol, los caribeños se conformaron con un gol y fue el equipo porteño el cuadro que mostró más interés en proponer un poco de fútbol.

El empate llegaría luego de que el guardameta santista, Wardy Alfaro, no pudiera despejar un penal cobrado por Víquez y le dajara servido el balón, para que el zurdo, con certero cabezazo, la empujara al fondo de los cordeles. Víquez, sin duda, es el sorpresivo goleador del torneo.