Antonio Alfaro
analfaro@aldia.co.cr

Aguantar frío, comer mucho queso, no saltarse el semáforo en rojo, no ir a la Zona Rosa o al menos no hacerse cliente frecuente, son algunos consejos que Bryan Ruiz le daría al recién contratado en Holanda, Esteban Alvarado.

Abríguese bien. “Hoy está la temperatura a cuatro grados”, comenta Bryan desde Holanda. En ocasiones llega a diez bajo cero. “Pero las temperaturas ya van subiendo” para tranquilidad de Esteban Alvarado.

No se preocupe por la bicicleta. “Nadie se la roba”. Déjela donde sea, no le ponga candado ni cadena. Los holandeses la utilizan como uno de sus principales medios de transporte, van al trabajo en ella y donde la parquean, ahí la encuentran. “Todo es muy tranquilo, muy seguro”.

Lleve salsa Lizano. “Mi esposa la trae desde Costa Rica, porque la comida es muy diferente”. La carne se come término medio, algo cruda; las ensaladas abundan, también las papas y el pollo. “También comen comidas que uno no acostumbra, como pato”.

Aprenda a cocinar. “Aquí casi no se come arroz, en los restaurantes cuesta encontrarlo”. Los supermercados sí lo ofrecen.

No conduzca como muchos ticos. “Aquí hay cámaras que le toman una foto al carro y por algunas faltas se puede perder la licencia”. Ni se le ocurra pasar el semáforo en amarillo. Tome en serio la velocidad máxima, de 120 kilómetros por hora en autopista y 90 en zona rural.

No vaya a la Zona Rosa. “Bueno, que vaya, yo fui pero a conocer”. Tan solo no se haga cliente de las prostitutas o la marihuana, permitidas por la ley.

La vitrinas no son Holanda. Aunque los escaparates con prostitutas en Amsterdam sugieren libertinaje, el país es “muy organizado”, con leyes rigurosas.

Practique el inglés. “Casi nadie habla español”. En cambio, aunque el idioma oficial es el neerlandés, casi todas las personas hablan inglés.

Aproveche el tren. “Hay mucho lugar para conocer”. En tren, Alvarado puede pasar en 30 minutos de Alkmaar a la capital.

Aproveche la oportunidad. “Holanda es la mejor escuela para jugadores jóvenes”. La exigencia es alta en los clubes, se exige mucho profesionalismo, pero el futbolista crece con la experiencia.