Milton Montenegro
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Alajuela. No faltaron los puños al cielo, el “uyyy” de los aficionados que hizo vibrar el Morera Soto y la adrenalina que recorrió los cuerpos de los miles de fanáticos, que anoche hicieron del escenario manudo un enorme ring de la WWE.

“¡Mysterio, Mysterio!”, gritaba la gente cuando apareció el “bato cabrón” de San Diego, como le dicen al “Rey Mysterio”.

Fue uno de los momentos más esperados. Con sus llaves, el carrusel, el paquetito y por supuesto la “619”, “Mysterio” no defraudó al derrotar a “Chris Jericho”.

“Cómo hace eso” se preguntaba un joven al ver a “Mysterio” volar, como igual voló “R Truth” ante “CM Punk”, o como saltó más de uno entre las sillas, para ver si lograba acercarse a “Kane”.

Pero lo mejor fue la pelea de fondo, los gritos que parecían alaridos, el sonido lo dejó claro, cuando el “Animal” hizo su ingreso al Morera Soto.

“Batista, Batista”, le decía la gente, al tiempo que el “Animal” mostraba sus músculos, pero de repente el sonido de las campanas y las luces apagadas, anunciaron al más esperado.

El señor de las tinieblas, el hombre del más allá, el “Undertaker”, apareció para medirse a “Batista” por el título pesado.

Verlo de cerca de verdad asusta, mete miedo y con sus ojos en blanco, en realidad parece que llegó del más allá.

Y el “enterrador” hizo su trabajo. Aniquiló a “Batista” ante los gritos del público, que se levantó de sus asientos cuando el “hombre de las tinieblas” hizo el “rompe cuellos” (toma a su rival, lo deja con la cabeza entre sus piernas, y lo azota contra la lona).

Ahí acabó todo. El sonido de las campanas anunciaba la victoria de quien llegó del “más allá”.

Al final fueron siete las peleas.

“Batista”, “Kane”, “Mysterio” y “Undertaker” fueron los más aplaudidos por la gente.