Jueves 25 de febrero de 2010, San José, Costa Rica
Sucesos | Al mediodía en San Luis de Santo Domingo de Heredia
Sicario irrumpe en bar y ejecuta a dos colombianos
Uno murió en el sitio y el otro diez minutos después de entrar al Calderón Guardia
  • AlDia.cr
    Juvencio Mosquera permanece tendido a la izquierda y Armando a su lado. Aún no había llegado la Cruz Roja. E. Villalobos.
  • AlDia.cr
    Al sitio llegaron familiares de las víctimas. La señora de blanco, sin identificar, al parecer, es la esposa de Herrera. H. Arley.
  • AlDia.cr
    La escena fue exhaustivamente analizada. H. Arley.

Rodolfo Martín
rmartin@aldia.co.cr

Santo Domingo, Heredia.- Juvencio Mosquera Murillo y Armando Emilio Herrera Saa, ambos de nacionalidad colombiana, murieron ejecutados ayer alrededor de la 1:15 p.m. mientras permanecían en el Bar y Restaurante Atrapa2, situado sobre la carretera Braulio Carrillo a unos tres kilómetros del puente del estadio Ricardo Saprissa.

Juvencio falleció en el acto y Armando 10 minutos después de ingresar a las salas de emergencias del hospital Calderón Guardia adonde fue trasladado en estado crítico, confirmó Diego Solano, paramédico de la Cruz Roja.

Los ejecutados, al parecer, son oriundos de Buenaventura, una ciudad que pertenece al Valle del Cauca, ubicado en el pacífico colombiano.

Ambos, tenían unos siete años de permanecer en el país, según reveló ayer un familiar de uno de ellos que llegó al sitio y que no quiso ser identificado.

Juvencio y Armando presentaron múltiples heridas de bala y, ejemplo de ello, es que los oficiales del OIJ de Heredia, encargados de las pesquisas, recolectaron no menos de ocho proyectiles.

Al cierre de edición, las autoridades carecían de pistas concretas para un pronto esclarecimiento del caso.

Los extranjeros llegaron al sitio, se sentaron alrededor de una mesa y le pidieron dos botellas de agua al salonero, quien en ese momento se encontraba solo con la cocinera.

Algunos minutos más tarde, llegó un desconocido quien los acompañó por unos instantes y salió.

Luego, también en cuestión de minutos, ingresó el sicario, quien se subió a una silla y desde arriba, con el brazo extendido, comenzó a disparar casi que a quemarropa.

El homicida apeló a este recurso para no tener que flanquear una jardinera, acción con la cual no sólo tendría más oportunidad de sorprender a sus víctimas y, de igual manera, no quedar al descubierto entre el personal del restaurante.

Una vez que el sicario acribilló a los colombianos, salió del lugar y subió a un carro que lo estaba esperando.

Inicialmente, trascendió que podría tratarse de un vehículo 4x4 de color blanco, según afirmó Reinaldo González, oficial de la Fuerza Pública.

Sin oportunidad

Diego Solano, cruzrojista.

Por la magnitud de las heridas, las lesiones que sufrieron ambas víctimas eran incompatibles con sus vidas”.

Reynaldo González, policía.

Tenemos la descripción y el número de placas de un vehículo que, al parecer, sería en el que huyeron los homicidas”.

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