Antonio Alfaro
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Vuelo 404Y con destino a la normalidad, escala en Panamá y aterrizaje el jueves en la vida sin Mundial.

Cuando regrese a Costa Rica, una vez dada la cobertura al juego de Messi y sus amigos, ya no habrá vuvuzelas, ni pulpos dando pronósticos, mucho menos gatos ciegos, delfines picados ni pericos impostores. Shakira no cantará “Waka Waka” más que en el disco y la “Sele” no tendrá nada que envidiar.

Volverán los almuerzos con la mirada en la comida, los días sin quinielas, el regreso a farándula de la periodista experta en fútbol por un mes y los viajes al trabajo escuchando en la radio a Amelia Rueda en lugar de Mario McGregor.

Pasajeros del vuelo 404Y, el capitán avisa que empezaremos el descenso; favor abrocharse los cinturones y colocar su asiento en posición vertical.

Volverá el campeonato nacional, Saprissa, la Liga y el siempre remozado Herediano. No hablaremos de Forlán sino de Froylán. La pelota Wilson será inocente. Teletica y Repretel no transmitirán los juegos en “súper cámara lenta”, aunque así parezca en algunos juegos a su mal acostumbrado ojo mundialista.

La vida volverá a la normalidad: Johnny Araya postulándose a Alcalde de San José, la platina sobre el Virilla aún sin arreglar, la nueva Asamblea Legislativa pulseando un aumento de salario y Cartaginés aspirando a campeón. Una vez en tierra ajuste su reloj a la hora local. No es grave.