Hugo Solano
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En su casa en Moravia, el periodista Eduardo Ulibarri, de 58 años, recibe constantemente llamadas de felicitación. Se muestra muy optimista y dice que en Estados Unidos vive uno de sus dos hijos, que es músico y allá también vive su único hermano.

¿Cómo lo convenció doña Laura?

Primero un amigo común me llamó a ver si tenía interés y el viernes lo hizo ella y hablamos de los lineamientos. El lunes le di mi respuesta afirmativa. Es algo que a modo de fantasía me preguntaba ¿qué aptitudes tendría en política exterior?, pero no era una meta.

¿Cómo ve el paso de las aulas y la sala de redacción a la diplomacia?

Uno como periodista y después de ocupar por 21 años la dirección de La Nación, interactúa con una diversidad de gente muy grande, en cuenta gente que está en la política, por lo tanto, no es un ambiente que me atemorice.

¿Hay algo en común?

Sí, hasta cierto punto. Una gran parte de la actividad diplomática es obtener y procesar información y otra parte es plantear puntos de vista, argumentarlos y defenderlos.

Usted nació en Cuba. ¿Qué piensa de su política?

Desearía contribuir a que en Cuba se instaure un régimen democrático con todo lo que eso implica. Que haya un Estado de derecho con libertad de reunión, de expresión, de movimiento. Por haber nacido en la isla, de la que salí a los 14 años, lo que acontece me es cercano, razón por la cual debo cuidar que lo emotivo no influya en la sensatez, para buscar una salida democrática que todos esperamos que sea pacífica y fluida.

Otro fenómeno político es el de Venezuela, ¿cómo lo ve?

Es motivo de inquietud. Allí se respetan las formas democráticas, pero hay indicios muy preocupantes que transgreden una serie de condiciones fundamentales de la democracia, como la seguridad jurídica.

¿Qué se puede esperar?

Que logren reencauzarse por una vía democrática. Ir en contra de la democracia es ir en contra de la historia. El socialismo no tiene por qué estar reñido con la democracia, lo vemos en Brasil, Uruguay y Chile.

¿Qué opina de los conflictos en Honduras y Nicaragua?

Honduras todavía tiene cierta inestabilidad y enfrenta la renuencia de países, principalmente suramericanos para que se reintegre plenamente a la OEA, hay que trabajarlo desde la diplomacia, pero también desde el gobierno hondureño, que ha tomado pasos adecuados. En Nicaragua preocupa la inestabilidad interna. Hay riesgos de que se resuelva en contra de la institucionalidad y en ese sentido hay que trabajar. Son países vecinos y debemos hacer a un lado las diferencias, en aras de objetivos comunes.