Roma, Italia/DPA.- Tras los escándalos de abusos a menores en Irlanda y Alemania, el mundo seguía esperando un claro “mea culpa” por parte del Papa y ayer, como punto final al ensombrecido año sacerdotal, Benedicto XVI dirigió por primera vez una clara disculpa a las víctimas.

“También nosotros pedimos insistentemente perdón a Dios y a las personas afectadas y prometemos hacer todo lo posible para que semejante abuso no vuelva a suceder jamás”, dijo el Sumo Pontífice ante 15.000 religiosos reunidos en la plaza vaticana de San Pedro durante la homilía que cierra el año sacerdotal.

Se trata de la petición de disculpa más clara por parte del Papa hasta el momento. Benedicto XVI ha reclamado tolerancia cero con los responsables, pero todavía está por ver si esta petición de perdón supondrá un punto de inflexión ante la pérdida de confianza en la institución y en él mismo.

Las víctimas piden hechos. Un simple “mea culpa” no sirve, aseguraron ya antes los cristianos de la agrupación alemana "Wir sind Kirche" (Somos Iglesia).

Según ellos, sólo se aceptará el reconocimiento de la culpa cuando se lleven a la práctica cambios estructurales fundamentales en la Iglesia Católica, que eviten el peligro de los abusos sexuales y su encubrimiento.