Rodolfo Martín
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Con un fervoroso llamado a la oración para que la familia doliente encuentre consuelo y resignación, fueron despedidos ayer los hermanos Minor y José Alberto Barquero Zúñiga, de 37 y 29 años respectivamente, asesinados el domingo por la noche durante un juego de fútbol en San Jerónimo de Desamparados.

Así lo expuso el pastor Álvaro Rojas, de la iglesia Comunidad Cristiana Luz y Esperanza, quien basó su sermón en un pasaje del capítulo 14 de San Juan.

“Hay que pedir para que el consuelo llegue a esta familia, especialmente a una madre que ha perdido a dos hijos”, señaló.

Al mismo tiempo rogó para que, de igual manera, se rece con igual devoción para que las nuevas generaciones “encuentren una mayor tolerancia para enfrentar sus discrepancias”.

Hay que parar esta ola de violencia, añadió, porque no es posible que este tipo de situaciones sean parte del orden diario.