Patricia Recio G.
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Decenas de ciudadanos nicaragüenses se juegan la vida en la frontera de Peñas Blancas al norte de nuestro país.

Durante el fin de semana, los oficiales de Migración en esa zona se encontraron con tres casos en los que había niños de por medio involucrados.

Uno de ellos fue el de una mujer quien junto a su pequeño hijo esperó durante horas para pasar por un agujero ubicado a 300 metros del puesto policial.

Estas personas esperan la noche para pasar por dicho agujero sin ser vistos.

En esos lugares se exponen a animales como serpientes y a ser víctimas de personas que podrían abusar de ellos.

Ese mismo día, otra mujer que dijo ser víctima de violencia intrafamiliar y además no tenía sus documentos en orden, intentaba cruzar hacia Nicaragua con sus hijos de 10 y dos años (este último nacido en Costa Rica).

La mujer dijo desconocer sobre la nueva Ley de Migración, que le impide salir del país con dos menores y además, sin tener sus documentos en orden.

Según los oficiales, uno de los principales problemas que se dan en la zona es que a pesar de que los padres dicen que los menores son nacidos en suelo tico, pero no tienen documentos para demostrarlo.

Otro de los casos detectados por las autoridades migratorias fue el de una mujer que intentaba entrar al país con su nieto, ambos de nacionalidad nicaragüense.

Como no tenía ningún papel que la identificara como tutora del menor, el pequeño fue remitido al Patronato Nacional de la Infancia, en Liberia.

Maribel Peña, directora del PANI en esa ciudad, aseguró que una vez que estos niños son remitidos al Patronato, se siguen todos los procedimientos para ubicar a los padres y determinar que ellos no vivan en condición de riesgo.

Erick Lacayo, director de la Fuerza Pública, comentó que durante estos días se intensifican los operativos no sólo en zonas fronterizas sino en las vías que llevan a estos sitios y aseguró que en el país tienen más de 100 controles.

Mario Zamora, indicó que es importante que los nicaragüenses se apeguen a las leyes.