Neyssa Calvo Achoy
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El definir cuándo y cuánto dinero se les puede dar a los hijos es un tema que para muchos padres representa un dolor de cabeza.
“Desde que tienen tres o cuatro años, los niños ya tienen el concepto en sus mentes de que necesitan plata para comprar algo, sean golosinas o juguetes”, comentó la psicóloga Patricia Odio.
Sin embargo, la especialista enfatiza que aún no tienen la capacidad de manejar su dinero. ¿Por qué? “Simplemente ven la plata como algo abstracto, no son capaces de leer, escribir y menos de hacer una cuenta”, dijo.
Lo ideal es empezar con pequeñas cantidades y en forma gradual para que se vayan familiarizando con las monedas.
El primer paso, es darles algo de dinero para que gasten en el recreo o puedan gastar en alguna actividad de la escuela.
Y el mejor ejemplo que puedan tener los menores son sus padres, pues si estos son gastones, sus hijos seguirán sus pasos, comentó el psicólogo Erick Quesada.
Añadió que la famosa mesada la pueden empezar a recibir por semana o mensualmente de acuerdo a la madurez de l niño.
“Hay que tomar en cuenta sus gastos y las necesidades que como jóvenes empiezan a tener. En mi opinión, después de los ocho años ya son capaces de analizar en que invierten”, dijo Quesada.
No olvide que los chicos aprenden a administrar su plata por ensayo y error. “Si se equivocan y gastan de más no lo olvidarán la próxima vez que decidan invertir en lo que desean”, recalcó Odio.
Eso sí, los padres deben establecer bien claro las reglas del juego. Por ejemplo, si se acaban todo en calcomanías, deben comprender que esa plata no la repondrán con sólo pedirla, esto, para que aprendan a ordenarse.
Odio sugiere a los padres sentarse a la mesa y conversar con los hijos acerca de la cifra que se les puede dar. Además, deben plantear que los pequeños pidan sugerencias cuando deseen hacer una inversión considerable en algún producto.
Es vital que los padres de familia estén abiertos a escuchar y entender las necesidades que sus retoños requieren.
Es el momento para que tanto papá o mamá, aprovechen para que sus hijos aprendan no sólo a administrar sus finanzas, sino también los conceptos de escasez, ahorro y riqueza.
“Se puede decir a los niños que el dinero hay que ganarlo y que a veces puede que no sea necesario tener muchas cosas y que además, es poco inteligente caer en el consumo sin razón”, destacó por su parte Quesada.
Asimismo, no hay que olvidar que al sembrar la semilla del ahorro, los niños empiezan a plantear prioridades.
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