Angie López Arias
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La laguna del volcán Irazú que atraía a miles de turistas por su sorprendente color turquesa, es ahora cosa del pasado, pues hoy es apenas un “charco” de 40 centímetros de profundidad.
Eliécer Duarte, experto del Ovsicori, explicó que este es el nivel más bajo que ha presentado la laguna del coloso desde 1990 y que para recuperarse tomará al menos tres años.
Las lagunas se alimentan de la lluvia y aunque el descenso está relacionado con una baja en las precipitaciones, en algunos casos, aunque llueva intensamente, el nivel sigue bajando.
Duarte manifestó que el colapso de las paredes del cráter hace que el material que cae actúe como secante del agua, también hay agrietamientos o infiltraciones y evaporación acelerada.
“Es un volcán viejo que ha cesado su actividad fumarólica, por eso, la integridad física de sus paredes está deteriorada”, dijo.
Colosos secos
Lagunas de otros volcanes como del Poás y el Rincón de la Vieja, también muestran un descenso, pero no tan drástico como en el Irazú debido a otras razones.
Duarte señaló que cuando el Poás presenta actividad concentrada en el fondo del lago o en los alrededores, el proceso de evaporación es más rápido. En el 2005 esta laguna tenía 44 metros de profundidad y actualmente está entre 10 y 11 metros.
En el Rincón de la Vieja los descensos del lago son estacionales y presentan variaciones de entre 2 y 4 metros. Allí llueve mucho, pero hay posible infiltraciones en la pared norte que contribuyen a la disminución del nivel del agua.
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