Milton Montenegro
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San Juan de Tibás. A Mauricio Castillo se le hizo un nudo en la garganta. Allan Alemán prefirió no hablar y Roy Myers, técnico del plantel, dijo: “siento pena”.

Los morados estaban destrozados, hechos añicos, tras caer por tercera vez en el campeonato en su casa, tras perder 3 por 2 ante Barrio México y ver como la posibilidad de clasificar se les va como agua entre los dedos.

A los saprissistas solo les faltó llorar, quizá lo hicieron en el vestuario, lejos de las cámaras, micrófonos, libretas y bolígrafos, donde entre ellos se podían dar consuelo.

Pero a la hora de atender a la prensa, Alemán dijo no, se hizo a un lado y partió con dolor.

Alonso Solís respiró hondo para empezar a hablar.

Willy Gálvez, médico del equipo expresó: “estamos destrozados”. Mientras que Mauricio Castillo con la voz entrecortada reconoció que “Saprissa siempre debe clasificar y hacerlo entre los primeros. No estar en una situación de estas”.

Una situación angustiante, donde los aficionados gritaron, se llevaron las manos a la cabeza y otros se comieron las uñas, cuando Hanzell Araúz, dictó sentencia y decretó el definitivo 3 por 2.

La escuadra tibaseña lo intentó, quiso ser “Monstruo” en su patio, pero se topó con un plantel metedor, que no se dejó sorprender y que más bien supo golpear cuando se fue al ataque y en los penales fraguó la ventaja.

Fue buen juego, partidazo en el primer tiempo, pero a los capitalinos no les alcanzó las ganas, el empuje de la afición y empatar en dos ocasiones el marcador.

Saprissa está en cuidados intensivos, agonizando y si no quedó ayer eliminado, fue porque la Liga le tendió la mano al vencer a Brujas. El mismo favor le hizo Pérez Zeledón al imponerse en su campo a Puntarenas.