Washington, EE. UU./EFE.- Los agentes del Servicio Secreto encargados de la seguridad del presidente John F. Kennedy, relatan en un nuevo libro los detalles del fatídico 22 de noviembre de 1963, el día en que el mandatario fue asesinado y describen el sentimiento de culpa que los acompaña desde entonces.
“Sentía que debería de haber hecho algo más, moverme más rápido, llegar antes y haber recibido yo el tercer disparo”, comenta en “The Kennedy Detail” el exagente de seguridad encargado de proteger a Jackie Kennedy, Clint Hill, hoy de 78 años, quien tras refugiarse algún tiempo en la bebida y las pastillas, para olvidar la culpa que lo consumía, parece finalmente haberse perdonado.
Hill es el hombre al que se ve correr hacia la limusina que transportaba a Kennedy en el famoso video del tiroteo en Dallas, Texas, realizado por un transeúnte llamado Abraham Zapruder.
Casi cinco décadas después, la oscura melena de Hill está llena de canas, sus rasgos faciales están acentuados y sus pronunciadas ojeras parecen denotar la angustia y las pesadillas que asegura haber padecido durante años.
Pero el paso del tiempo ha tenido también su lado bueno, al ayudarle a congraciarse consigo mismo y darse cuenta, tras varios viajes a Dallas, uno en 1990 y el segundo junto a otros exguardaespaldas en junio pasado, que el día del asesinado no era mucho lo que podía hacerse.
“Llegué a la conclusión de que no hubo nada más que pudiese haber hecho aquel día”, afirmó durante una conferencia en la Universidad Georgetown en Washington, donde conversó sobre el libro y un nuevo documental televisivo acerca del tema, el cual debutó el lunes pasado en la televisión estadounidense.
No cree en la conspiración
El exagente espera también que el libro contribuya a desacreditar las numerosas teorías de la conspiración sobre el asesinato de Kennedy.
Hill dice no tener duda alguna de que fue Lee Harvey Oswald el que asesino del presidente y, además, está convencido de que actuó en solitario. El libro, obra de Jerry Blaine, otro exguardaespaldas de Kennedy, y la periodista Lisa McCubbin, recoge el testimonio de varios exagentes.
Blaine reconoce en la obra algo que hasta ahora no se había publicado: que horas después del fallecimiento de Kennedy, durante la madrugada del 23 de noviembre, estuvo a punto de matar por error al hombre que pasaría a ocupar su lugar en la Casa Blanca, el presidente Lyndon B. Johnson (gobernó de 1963 a 1969) .
El incidente tuvo lugar a las 2.15 a.m. cuando Blaine, que llevaba 40 horas sin dormir, creyó oír un intruso en la residencia de Johnson y se encontró frente a frente con el nuevo presidente apuntándolo con una pistola cargada.
“Se puso pálido, se dio la vuelta y se fue y eso fue lo último que se volvió a decir de lo ocurrido”, recuerda Blaine, quien, al igual que Hill también tuvo un terrible sentimiento de culpa durante años.
El nuevo libro ofrece, a su vez, una detallada descripción del asesinato. Hill recuerda cómo, cuando llegó al vehículo que transportaba al presidente, el tercer disparo había impactado ya su cabeza.
“Le abrió un orificio del tamaño de la palma de mi mano”, relató. Hill agregó que recuerda a la esposa del presidente, Jackie Kennedy, decir: “Jack, ¿qué te han hecho?”
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