Angie López Arias
angie.lopez@aldia.co.cr
“El dolor no pasa, el dolor está como si fuera ayer. Encontrar sus restos nos daría un poco de paz, pero ahora solo podemos buscar resignación y fortaleza de Dios”.
Esas palabras de Vera Solís, hermana de Cristina Solís, de 27 años, cuyo cuerpo no apareció, son apenas una muestra del sufrimiento que les invade.
La joven y su hijo, Sebastián Porras, de 4 años, fallecieron cuando la avalancha de lodo y rocas destruyó la casa en que vivían, pero a pesar de una intensa búsqueda de cinco días, la tierra se negó a devolver el cuerpo.
“Estamos agradecidos con los que ayudaron. En cualquier momento puede aparecer, siempre que subimos tenemos la esperanza de encontrarla”, contó Vera.
El viernes, ella, su hermana Marielos y su madre, María Auxiliadora Acuña, recordaban los momentos vividos con la menor de los siete hijos, y el pequeño.
“Se mueren las personas que se olvidan, ella nunca va a morir, porque vive en el corazón de cada miembro de la familia”, añadió.
Mientras, sin ningún esfuerzo, las lágrimas de doña María Auxiliadora comenzaron a brotar. “Era mi bebé”, atinó a decir.
El jueves visitaron la zona, hicieron un altar navideño y elevaron algunas oraciones.
“No vamos a dejar de ir, ahí descansa mi hermana en algún lugar de la montaña”, aseguró.
Cristina tenía siete meses de vivir en calle Lajas donde Vera era vecina desde hacía 11 años. Esa noche a las 9 p.m. Cristina recogió al niño en la casa de su hermana, cruzaron algunas palabras y luego sobrevino la tragedia.
“A veces me cuestiono tantas cosas, por qué ella y no yo, pero ya estaba escrito, no hay opción ahora, solo agarrarse de Dios”, dijo.
© 2010. Periódico Al Día. El contenido de aldia.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr.