Karla Barquero, colaboradora
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Si la primera moneda que se acuñó en nuestro país pudiese comunicarse, hablaría la rebelión que causó, desde que se acuñó en 1825. Según normas de la Federación Centroamericana, a la que nuestro país pertenecía, en su parte posterior debía tener la imagen de un árbol de ceiba, sin embargo, se usó una palmera.

Una de las hipótesis por las que se cree que se utilizó esta planta fue porque en el lugar donde se realizó fue en la Casa de la Moneda provisional, ubicada en San José de los Horcones en Alajuela, en donde existen gran cantidad de palmeras.

Varios estudiantes miraban atentos, el miércoles pasado, a la pequeña moneda de oro como si les relatase su historia en las instalaciones del Museo de Numismática del Banco Central.

La evolución de monedas y billetes ahí coleccionados son sin duda parte de los mejores historiadores del país.

La forma, símbolos y letras que se utilizaban relatan cada una de las épocas y procesos por los que se tuvo que pasar para dejar de intercambiarse cacao y comenzar a utilizar monedas y billetes para comerciar.

El recorrido inicia en la época precolombina, que nos transporta y traslada al trueque que realizaban nuestros aborígenes.

Cacao, plumas y textiles fueron intercambiados, hasta que los españoles trajeron sus escudos y reales.

Estas monedas de oro y plata, tenían un sistema octodecimal, la más alta denominación eran los ocho reales en plata, y la misma cantidad en oro era los escudos.

Además, poseían un valor real, por lo que cada una valía un quilataje de 21 a 22.

“No es como ahora que una moneda de ¢500 no tiene ese valor en realidad, sino que cuesta unos ¢30 su fabricación”, comentó Manuel Chacón, el curador del museo que nos acompañó durante el recorrido por el lugar.

De la moneda la papel

Los billetes circularon en el país durante 1850, el Banco Nacional de Costa Rica fue el primer banco en emitirlos y es Juan Rafael Mora una de las principales figuras que aparece retratado en ellos.

Los primeros se caracterizan por el gran tamaño que poseían y porque utilizaban bustos de presidentes y alegorías, que representaban actividades económicas importantes.

En el siglo XX circularon gran cantidad de billetes, ya que cada banco, sí cumplía con requisitos, tenía la potestad de emitir sus propios billetes.

Por esto existían billetes de 20 pesos del Banco Mercantil y del Banco Herediano, entre otros.

Cabe resaltar que en Costa Rica nunca se han fabricado los billetes, ya que no se cuenta con la tecnología necesaria para que obtengan las medidas necesarias de seguridad.

Las urnas se acaban con los actuales billetes de ¢10 mil y de ¢5 mil, que eran los más recientes.

Sin embargo, la historia no termina ahí, porque el museo está a la espera de los nuevos inquilinos de la colección.

Se espera que el colibrí aletee desde noviembre dentro de sus urnas.

El próximo año llegará el de ¢50 mil para completar esta familia de mayor denominación.

Curiosidades

La numismática es una ciencia auxiliar de la historia que estudia el dinero en todas sus formas.

Los que no salieron. En el vestíbulo interno de los museos se encuentra la exhibición temporal de billetes no emitidos. Asista y vea las propuestas de los billetes.

En la sala temporal del museo se exhiben las plantas y animales en la numismática costarricense.

Mejor no tocarlas. Las monedas que provenían del Sanatorio Durán, se les hacía un hueco, con el fin de que las demás personas no se contagiaran.

De la primer moneda acuñada en el país, se calcula que actualmente existen seis. Dos están en el país y el resto en Estados Unidos y Panamá.

Los mejores billetes que salen a circulación son destinados para colección, ya que se le otorga la primera emisión.