Rodolfo Martín y Alejandro Nedrick
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Siquirres, Limón. - Un intenso día de rastreos por las aguas del río Reventazón terminó ayer sin resultados positivos para dar con Francisco García Castilblanco, un nicaragüense que cayera anteayer a su cauce.

El desaparecido era buscado, entre otros rescatistas, por tres hermanos suyos que, al igual que él, son experimentados conocedores de la región porque se ganan la vida precisamente navegando por este y otros ríos.

Los cuatro, oriundos del poblado de Esquipulas de Matagalpa, llegaron al país hace siete años en búsqueda de un mejor porvenir.

Francisco, quien había estado compartiendo con sus hermanos en el puesto de atraque de Caño Blanco de Siquirres, abordó una lancha con la intención de trasladarse hasta Parismina.

Al hacerlo, quitó las amarras y, cuando la embarcación había alcanzado unos cinco metros, se percató que no tenía las llaves para encender el motor.

Ante esto, optó por lanzarse al agua para ir a recogerla.

Sin embargo, él no volvió a aparecer.

García trabajaba en un lanchón que, precisamente, esta semana se vino a pique cuando bajaban una vagoneta. El transporte prestaba el servicio de acarreo de carga desde este puerto en Siquirres hasta Parismina, Tortuguero y Colorado.

El jefe de García, Enrique Avella lo recordó ayer como un buen trabajador.