Miguel Calderón Suárez
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Guaitil de Acosta. - Al agricultor Crisanto Fallas Monge, de 85 años, asesinado a golpes antenoche en un cafetal en Vuelta de Jorco de Aserrí, al parecer, lo mataron para robarle ¢30 mil que portaba en el pantalón, según informaron ayer las autoridades.
La víctima, un conocido, respetado y querido agricultor de la zona, se encontraba desaparecido desde la mañana del martes anterior cuando salió de su casa ubicada en La Cruz de Guaitil del cantón de Acosta, comentó su hija María Elena Fallas.
“Fue al centro de Acosta a comprar unos productos al supermercado y luego de ahí se fue al banco a retirar un dinero”, agregó.
El OIJ informó que tras salir de la agencia bancaria, el señor fue interceptado por una mujer de 20 años con siete meses de embarazo y por su novio de 21 años, quienes lo montaron a un taxi pirata y lo llevaron hasta un cafetal en Caragral de Vuelta de Jorco.
Ahí, al parecer, los jóvenes le dijeron al taxista que iban a dejar al anciano a una casa cercana y que pronto regresaban.
La Policía Judicial reveló que los sospechosos golpearon brutalmente al señor en la cara y cuello para luego robarle el dinero que recién había retirado del banco.
Posterior a eso, los homicidas se montaron al taxi y huyeron con rumbo al centro de Acosta.
La pareja, de apellidos Mora (la mujer) y Masis (su compañero), fue detenida en avanzadas horas de la tarde por agentes del Organismo de Investigación Judicial, destacados en la sección de Homicidios. En la investigación preliminar se pudo individualizar en tiempo y espacio a la pareja con la víctima, confirmó la oficina de Prensa del OIJ.
El campo era su vida
Familiares de Crisanto lo recuerdan como un hombre muy dedicado al campo y a su familia compuesta por su esposa y nueve hijos. “Mi abuelo era un hombre muy humilde, especial, generoso y noble. En el pueblo todo mundo lo quería. Aún no podemos creer que en un lugar tan tranquilo como Acosta pasen este tipo de sucesos”, expresó dolida Johanna Chinchilla, nieta del hoy fallecido. El cuerpo será enterrado hoy en el cementerio local.
Dolidos
María Elena Fallas, hija.
Mi padre era un hombre excelente. Nunca se había visto algo así en Acosta, estamos destrozados”.
Ingrid Sancho, sobrina.
Era un anciano muy querido y a pesar de su edad (85 años) estaba muy completo. La tierra era su gran pasión”.
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