Lunes 25 de octubre de 2010, San José, Costa Rica
Ovación | Puerto dio la campanada
En la “Cueva” sale el “diablo”
“Si no ponen huevos, cómo quieren que ganemos”, gritó la Ultra al equipo
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    Carlos Castro, Rafael Núñez y Sherman Vásquez celebraron la victoria. Carlos Borbón

Juan Diego Villarreal
jvillarreal@aldia.co.cr

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Tibás. Aún no es la noche de “Halloween”, pero en la “Cueva del “Monstruo”, en Tibás, volvió a salir el “diablo”.

Hace 19 años Alfredo “diablo” Contreras, con un trallazo desde casi la mitad de la cancha, silenció el estadio Ricardo Saprissa, jugando entonces con el Municipal Puntarenas (0-1).

Contreras, ante la sanción al técnico Rafael Bautista Arenas, ayer dirigió al Puntarenas FC y sacó la primera victoria para este equipo en el reducto tibaseño. Desde aquel triunfo en 1991, ningún equipo de la “Perla del Pacífico” había vuelta a derrotar al Saprissa en su campo.

La victoria de los porteños 1-2 ante los morados fue en una noche fría, lluviosa y llena de neblina, como aquellos tétricas de las películas de horror.

Saprissa vivió su calvario, su peor momento y ni siquiera Alonso Solís pudo salir al rescate como en los juegos anteriores (Limón, Pérez Zeledón y Seattle), donde su ingresó llenó de motivación a sus compañeros y al menos al cuadro tibaseño se le vio entrega y esfuerzo en la cancha.

Pero esta vez no valió que los aficionados corearan a Solís desde los 10 minutos del partido, ni su ingreso fue la tabla de salvación que le había dado resultados al técnico Roy Myers. Esta vez no.

El cuadro capitalino es un conjunto lento y predecible. Que lo diga el volante porteño Helliut Farrier, quien casi en la mitad del campo arrancó, se llevó a Wálter Centeno, quien ni se molestó en seguirlo y remató entre dos defensas, para marcar el 0-1 ante el asombro de los presentes.

El Saprissa es un equipo desdibujado y lento, que sufrió las expulsiones de su técnico Roy Myers y José Mena, quien superado por Ariel Santana, no tuvo más remedio que cometerle una falta cuando iba rumbo a la portería del guardameta Mínor Álvarez.

Precisamente la portería es uno de los puntos bajos del “Monstruo”, porque ni Fausto González ni Álvarez le dan la confianza necesaria a su parte baja y en la segunda parte fue evidente cuando Álvarez se “comió” el segundo gol de Mario Víquez (75).

El porteño con viveza cobró un tiro libre que sorprendió al meta saprisista.

“Si no ponen huevos cómo quieren que ganemos”, gritó la Ultra Morada, mientras Jairo Arrieta maquilló la derrota.

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