Isaac Lobo
ilobo@aldia.co.cr

Desde la ventana de su apartamento, en el segundo piso de un edificio de calle Magdalena 219, avenida Insurgentes, México, Leda Artavia ve como su vida cambia para bien.

La exmodelo Perfil siente mariposas en el estómago, pues es parte de la cosmopolita ciudad y peón de una de las industrias de la moda más importante del mundo. Ella emprendió un viaje hace tres meses a tierras del tequila para cumplir uno de sus sueños: estar desfilando alta costura.

Fue contratada por la prestigiosa agencia Higher y tiene muchos contratos.

Ella le contó a VIP su experiencia por allá.

¿Cuándo se fue?

Me fui el 26 de julio. Un amigo me dijo que enviara mi “book” a una agencia. Pasaron seis meses y me llamaron, porque en este momento es temporada alta aquí.

¿En cuáles desfiles ha participado?

Estuve en el IDM, son siete desfiles, cada día de la semana, en el Mercedes y en el Fashion Week. Además estoy haciendo muchos “casting”.

¿Dónde vive?

En un apartamento que me dio la agencia, en el D.F. Vivo con una alemana, una californiana y venezolano.

¿Qué tal la paga?

Me pagan 1.800 pesos (¢72 mil) por desfile, pero tengo varios a la semana.

¿Qué trabajos hizo?

Hice una campaña para Shasa una tienda de ropa, estilo Zara.

¿Sorpresas?

De todo, desde frutas con chile, hasta perdidas de dos horas y eso que las calles están bien demarcadas. La agencia te da un mapa, con calles y direcciones, pero a veces los números están borrados y aquí la gente lo embarca a uno, lo manda hasta dos kilómetros lejos.

¿Cómo es su imagen allá? ¿exótica?

Los fotógrafos están muy a gusto conmigo y les gusta el “book” que me dio la revista Perfil. Aquí no hay muchas negras, solo hay como dos, una brasileña y otra que no sé de dónde es (risas).

¿Cómo ven los mexicanos a los ticos?

Me vacilan demasiado por la forma en que pronuncio la erre.

¿Cómo le va con la comida?

Ya probé las tortas del Chavo y de fijo voy a comer tacos de esquina, aunque corra el riesgo de contagiarme con una bacteria.

¿Come afuera?

Las primeras veces, pero con las muchachas compramos comida y aquí la hacemos. Yo me la juego y el venezolano es quien hace el arroz. A veces viene una modelo argentina y nos prepara pasta.

¿Siente buena vibra en ese ambiente?

Sí, bastante. Hemos vacilado mucho. Los mexicanos son buenas personas.

¿Es muy diferente la moda de allá con la tica?

En Costa Rica estamos en proceso, pero no estamos tan en pañales, aquí hay más gente, más mercado, en cuanto a diseño estamos parecidos.

¿Iba preparada?

Siento que sí.