Domingo 26 de septiembre de 2010, San José, Costa Rica
Nacionales | El Turismo Rural le ofrece experiencias únicas
Viva la esencia pura de Tiquicia
El secreto está en cuidar los recursos, promover nuestras costumbres y ser el sostén de cientos de familias en todo el país
  • AlDia.cr
    El trapiche de don “Torino” es una de las paradas favoritas en San Antonio de Escazú. Su trapiche es el único en la zona que aún funciona con bueyes. Carlos Borbón.
  • AlDia.cr
    Contacto directo. Las mariposas son parte del paisaje en la posada Nacientes de Palmichal. A. Otárola.
  • AlDia.cr
    Colorido. Gerardo Montoya le abre las puertas de su taller de mascaradas a los visitantes. Carlos Borbón.
  • AlDia.cr
    Todos ganan. Ivan Azofeifa inició un proyecto de truchas y hortalizas que hoy es un atractivo en Palmichal. A. Otárola.
  • AlDia.cr
    Lleno de costumbres. En la reserva indígena Yorkin, podrá ser parte de la comunidad y sus tradiciones. Actuar.
  • AlDia.cr
    A pura leña. Cocinan en la posada Nacientes Palmichal, una experiencia que lo trasladará en el tiempo. A. Otárola.
  • AlDia.cr
    De cerca. Muchas de las iniciativas ofrecen visitas a granjas para aprender sobre esta actividad. Adessaru.
  • AlDia.cr
    Naturaleza. En los cerros de Escazú, se puede tener contacto directo con los bosques y la naturaleza. Codece.
  • AlDia.cr
    Artesanas. Un grupo de mujeres encontró en las artesanías el modo de salir adelante en Palmichal. A. Otárola.
  • AlDia.cr
    La pureza de las Nacientes de Palmichal. Alexánder Otárola

Patricia Recio G.
arecio@aldia.co.cr

Comparta 
Agregar a Twitter  Agregar a Facebook  Agregar a Google Bookmarks  Agregar a Live  Agregar a MySpace 

Ordeñar usted mismo la leche que tomará en el desayuno, pescar la trucha del almuerzo o ver de primera mano cómo se prepara un delicioso jugo de caña, son solo algunas de las experiencias que ofrece el Turismo Rural Comunitario.

Las opciones incluyen desde visitas a fincas ganaderas o cafetaleras, talleres de cocina caribeña, de mascaradas y pesca artesanal hasta vivir en una reserva indígena. Todo con tal de que los turistas se conviertan en los protagonistas de la experiencia.

Esta iniciativa nació hace casi diez años, pero aún es poco conocida en nuestro país.

Sin embargo, es por mucho la preferida de miles de extranjeros que buscan conocer la verdadera esencia de Costa Rica, más allá de los hoteles de playa y la vida nocturna que a pocos atrae en nuestra capital.

Según Kira Quirós, directora de la Asociación Costarricense de Turismo Rural Comunitario (Actuar), la importancia de esta modalidad es que son experiencias turísticas planificadas en concordancia con el medio rural y son generadas por los mismos pobladores para beneficio de toda la comunidad.

Actuar tiene 40 iniciativas de turismo rural que ya cuentan con su propio “tour” operador, lo que le ha permitido a estas comunidades lograr importantes beneficios para sus habitantes, ya que además de ser una fuente de empleo, reciben capacitación y recursos para proyectos sociales y culturales.

Una muestra de esto es el recorrido que ofrece la Asociación de Desarrollo Sostenible San José Rural, por medio del proyecto Nacientes de Palmichal.

El recorrido por este hermoso lugar, ubicado a una hora de la capital, lo empezará en el Cerco de don Manuel, una pequeña finca en donde no sólo podrá observar el proceso de cultivo de café, sino que usted mismo podrá probar sus habilidades como recolector.

Disfrutar de un desayuno o almuerzo típico preparado a la leña son parte del atractivo.

Hernán Ramírez, encargado del proyecto, aseguró que el turismo rural le cambió la vida al pueblo de Palmichal de Acosta.

Lo que nació como una preocupación por conservar las nacientes de agua, hoy es la fuente de ingreso de unas 58 familias.

“Aquí todo el mundo se beneficia, porque el turismo rural le permite a las familias crear sus pequeñas empresitas y aprovechar los recursos de manera sostenible”, explicó Ramírez.

El proyecto de las Nacientes cuenta con una posada para albergar hasta 25 personas, cocina típica y hasta un aula para conferencias y seminarios.

Además del “tour” del café, los visitantes pueden disfrutar de caminatas por los senderos al lado de una cascada, pesca de truchas, artesanías, visita a la finca de ganado y al beneficio de café donde se observa todo el proceso industrial del grano.

Usted escoge

Delicioso Caribe. Patacones, “rice and beans”, batidos, pescado o pollo en salsa caribeña... todo esto y más podrá aprender en el “tour” que incluye un curso de cocina caribeña. Costo $35 por persona.

De pesca. Con los pescadores artesanales de CoopeTárcoles, podrá aprender sobre su trabajo cotidiano en un recorrido en panga junto a ellos. Costo $49 por persona.

Agroecoturismo. Una visita a la Reserva el Copal en Turrialba ofrece una experiencia dentro de la vida rural de los costarricenses. Este viaje incluye finca ganadera, pozas y senderos. Costo $62 por persona con transporte incluido.

Manglares. Saliendo desde Nandayure, podrá hacer un viaje en bote a la isla de Chira. Ahí conocerá sobre la pesca artesanal. Costo $62 por persona con transporte marítimo.

Nueva cultura. Una visita a la reserva indígena Yorkín le permitirá conocer sobre las plantas medicinales, así como cultivos orgánicos de cacao y banano orgánico. Costo $130 por persona con transporte desde Cahuita o Puerto Viejo.

Aprendiendo a hacer queso. La reserva Juanilama en Pocosol de San Carlos le permitirá aprender sobre el proceso del queso y otros lácteos. También ofrecen un “tour” de piña y caminatas por el bosque lluvioso. Costo $55 por persona.

Nacientes de Palmichal. Incluye el “tour” de café, caminatas por senderos, artesanías y comidas típicas. Costo $25.

“Tour” de encanto. El recorrido por los cerros en San Antonio de Escazú, taller de mascaradas, paseo en carreta y visita al trapiche. Vale $72 por persona.

* Información brindada por Actuar. Teléfono: 2248-9470.

Un pueblo lleno de magia y “encanto”

AlDia.cr
Don Gerardo le enseñará cómo se hace una máscara. C. Borbón.

Pocos se imaginan que muy cerca de San José existe una comunidad que aún conserva tradiciones ya olvidadas por muchos y por otros hasta desconocidas.

La Asociación para la Conservación y Desarrollo Sostenible de los Cerros de Escazú (Codece) nació, al igual que la de Palmichal, con el fin de proteger el recurso hídrico de la zona. Años más tarde vieron en el turismo rural una oportunidad de conservar no solo el líquido, sino también sus tradiciones, razón que los llevó, hace más de siete años, a aprovechar esta modalidad turística.

El recorrido en “El Encanto” lo empezará en la pintoresca comunidad de San Antonio de Escazú.

Luego es obligatoria una visita al Trapiche de Victorino Alvarado o más bien don “Torino”, como es conocido. Es el único que aún trabaja con bueyes al estilo antiguo.

Tras la experiencia de ver cómo se hace la tapa de dulce y el jugo de caña, llega el turno de Gerardo Montoya, “el mascarero”, quien con orgullo muestra a quienes él llama su segunda familia un grupo de máscaras fabricadas por él. La visita también incluye un taller para que haga la suya.

Recorridos en carreta por los cerros, caminatas y comidas típicas son el complemento de esta experiencia.

Publicidad
Publicidad
 
Recomienda esta página a un amig@
Recomienda esta página a un amigo

© 2010. Periódico Al Día. El contenido de aldia.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr.