Fabio Parreaguirre Gamboa
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Limón.- Ya no podrá jugar más al fútbol con su hijo y sus sobrinos. Randall Jackson Ramírez fue asesinado por tres impactos de bala el jueves a las 8 p.m.
Las autoridades indagan el hecho, pero sospechan que pudo ser por un ajuste de cuentas. Aún no hay detenidos por el hecho.
“Era un buen muchacho, muy humilde, trabajador y amistoso. Él le hablaba a todo el mundo, incluso a los borrachos que se le acercaban. Ayer (jueves) lo mataron por nada”, dijo una familiar quien prefirió se reservara su nombre por respeto.
“Le encantaba jugar fútbol, en especial con su hijo y los otros chiquillos (sobrinos), en el patio de la casa y en la plaza”, explicó.
Jackson deja a un hijo de 12 años. “Él siempre pasaba mucho tiempo con él. Le encantaba compartir con él, eran muy unidos y reían mucho”, dijo la mujer.
Trabajaba en el muelle de Moín y le apasionaba la pesca, “hasta su propia panga tenía”, comentó.
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