Esteban Valverde y Erick Carvajal
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¿Qué no haría usted con tres millones de dólares?, para el empresario nacional Mario Sotela, esa es la cantidad que perdió en el cuadro de Liberia Mía, durante su administración.

Luego de seis meses de silencio, Sotela habló con Al Día sobre su polémica gestión.

¿Cómo valora su paso por Liberia, fue un fracaso?

Cuando uno se mete en un negocio, se pone metas, la nuestra fue ser campeones. Yo contraté figuras, brindé credibilidad y el equipo ganó, todo funcionaba bien.

¿Pero entonces qué pasó?

Cuando un equipo es campeón en cualquier parte del mundo hay un apoyo total, aquí en cambio fue lo contrario. Si yo hubiera sabido eso, jamás me hubiera metido en Liberia, para eso compro Cartago, que tiene afición y estadio.

¿Cuánto perdió?

Perdí por lo menos tres millones de dólares (¢1.524 millones). Imagínese que le regalábamos por un año a quien quisiera acompañar al equipo, su viaje en bus y tiquetes. Alquilábamos graderías. Se invirtió mucho creyendo que la Municipalidad nos apoyaba, cosa que no pasó.

¿Esa es la razón principal por la que negoció la franquicia de Liberia Mía?

El problema es que en Liberia yo nunca tuve apoyo, fui a la Municipalidad muchas veces, llegué y les dije: señores necesitamos trabajar en el estadio, pero había un problema con el Comité Deportivo. Además nunca tuvimos un solo anunciante de la zona.

¿Y siente que los altos salarios de Liberia Mía inflaron el fútbol nacional?

Probablemente se infló y ahora todo se reguló, porque por ejemplo Honduras y Panamá pagan muy poco, pero ellos tienen más jugadores en el exterior. Nosotros seguimos pensando que somos la “tapa del perol” en Centroamérica, y dicen que estamos jugando muy mal, pero eso no es cierto, más bien los otros crecen.

¿Se arrepiente del negocio que hizo?

Yo no juego, no apuesto en casinos, yo aposté en el fútbol. Por lo menos algo quedó, Allen Guevara, Cristian Gamboa, ahí están un montón de jugadores buenos de la zona, salieron de Liberia.

¿Y por qué hablar hasta ahora, luego de seis meses de silencio?

Es muy duro quedarse callado, sabiendo como está la realidad y todo el mundo criticándote. Lo que pasa es que yo no soy una persona que le guste atacar a la gente. Lo mejor es esperar el momento correcto, las personas me decían que saliera hablando, pero yo dije no, ese es el problema de creer en una persona y tenerle paciencia.

¿Entonces por qué le creyó a don Mínor Vargas, qué lo convenció?

A mí me gusta creer en la gente, no soy una persona mala. Don Mínor tenía muchas ambiciones y un poder de convencimiento muy grande. En diciembre yo le mandé un mensaje desde Europa: “mirá Mínor se acabaron las excusas, ya yo no te creo, he tenido mucha paciencia y hasta aquí llegamos”. Entonces él me contestó: “disculpa lo que ha pasado, esto no ha sido voluntario, pero en enero lo arreglamos” y decidí darle una última oportunidad.

¿En algún momento vio que la situación no estaba bien?

Yo fui con mi abogado a verlo a él, Don Mínor llegó y nos sacó una transferencia de $54 millones (¢27 mil millones) que le venía de yo no sé dónde, enseñó el documento y me dijo, déme tiempo, ya está la plata, el Banco de Costa Rica ya me está solucionando todo.

Una duda específica, ¿En el caso de Díaz y Salazar, por qué Mínor Vargas firmó un arreglo si el problema era de su franquicia?

Nosotros llegamos a un acuerdo de que él nos iba a dar el dinero y nosotros pagábamos, ya que sabíamos cuánto se le debía a cada jugador, pero los representantes de él firmaron un convenio con los futbolistas, quienes llegaron diciendo que iban rematar la franquicia. No investigaron, no llamaron. El “tanate” lo hizo Mínor.

Hablando de Herediano, ¿podría suceder algo similar a lo de Liberia?

No, nosotros nos metimos hace tres años en el fútbol, desde entonces Herediano tiene dos finales y Liberia un campeonato, si seguís con ese promedio eventualmente serás campeón.

¿Invirtió dinero en Heredia?

Sí, he tenido que poner, estoy comprometido con el Herediano, se ha metido mucha plata, muchos millones de dólares, es un patrimonio familiar que no se puede dejar perder.

¿Pueden estar tranquilos los florenses, qué usted no es un empresario como otros que le han hecho daño al fútbol?

Sí, mi familia todo el mundo la conoce, mi abuelo empezó la revolución con Radio Titania, yo fui el mayor accionista de Lacsa, lo vendí por muchos millones. He hecho películas que han vendido 100 millones de dólares en el exterior, tenemos negocios fuera del país, estuvimos con canal seis 30 años, venimos del suelo, sufrimos y trabajamos muy duro.

¿Sus cuentas están cristalinas, a disposición?

Sí, yo pago impuestos, usted puede ir a Tributación y ver que todo está al día, todo está pagado. Las platas de mis cuentas son limpias, todo tiene un desglose autorizado.

¿Qué significa el fútbol para usted, es rentable en el país?

Ahora se me volvió una pasión, aquí ha llegado gente a comprarnos el Herediano por mucha plata, nos han ofrecido seis millones de dólares (¢3.048 millones), pero yo habló con mamá (Roxi Blen) y me dice: “cómo vamos a vender el Herediano, y qué hago entonces los fines de semana”. En el fútbol se escribe una película cada semana, en el cine se hace una al año.