Paulo Rodríguez C., colaborador
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Un golpe de la vida le arrebató a su amado y deportista hijo, pero el hecho de tener la conciencia tranquila como padre, lo hacen sentir la presencia de John Mauricio Castro con más fuerza.

Jimmy Castro, padre del joven ciclista asesinado en un asalto el pasado domingo 30 de enero, en el sector montañoso de Patarrá, Desamparados, asegura que siempre pensó que en un futuro sus hijos lo enterrarían a él y no que sería al revés.

Jimmy acepta con dolor y resignación que cada vez que ve a Edier Jiménez, el joven que recibió el corazón de su hijo, siente que está hablando con John, quien el domingo anterior hubiera cumplido 25 años.

Antes de ir hacia una misa que le tenían preparada a John, quien era graduado en ingeniería electromecánica y trabajaba en Durman Esquivel, Castro nos relató ayer por teléfono como vive el día a día con su hijo mirándolo desde el cielo.

¿Ha ido al cementerio después del entierro de John?

No. La verdad prefiero recordarlo en vida y no ir a verlo donde lo enterramos. Eso es un gancho en el estómago muy duro de superar. Pasé con él tantos buenos momentos que en mi mente prefiero que estén en vida y no en el cementerio.

Me imagino que el cuarto de John encierra muchos recuerdos. ¿Le ha hecho algún cambio?

No. El cuarto está intacto, tal y como él lo dejó el día que salió con sus amigos a andar en bicicleta. Cuando entro me quedo viendo sus fotos, trofeos y todo lo que me recuerda a él. Un equipo de precisión que tenía y le había costado caro, lo voy a ir a donar al Vocacional Monseñor Sanabria, de donde él salió, para que ellos le den un buen uso y esos muchachos se formen con buena tecnología.

¿Cómo recuerda su vida antes del fallecimiento de John?

La verdad era una vida muy bonita y placentera. Siempre esperaba a mi muchacho, no tenía ningún problema. Después de trabajar me iba para mi casa tranquilo.

Mi hijo siempre llegaba como a las 9 de la noche a conversar conmigo de todo un poco. El siempre fue muy lindo en todo aspecto.

¿Cómo es su vida hoy?

Ando súper complicado y muchas veces hasta nervioso. En este momento llevé a mi hermana al psiquiátrico porque ella no es tan fuerte como yo y tenía un vínculo muy cercano con John y le dio un trauma.

¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre, para tratar de superar este momento?

Como trabajo en un taxi todos los días, lo que hago es quedarme con mi esposa viendo televisión, tratando de superar un poco todo, pero a cada rato se le vienen recuerdos a uno de una cosa o de la otra.

Él, cuando lo asaltaron, dejó un montón de cosas que le gustaban: partes de bicicleta, de moto; tantas cosas que hacen que cada momento se haga realmente difícil de olvidar.

Siempre creí que mis hijos me iban a enterrar a mi y no yo a ellos.

Ahora que el corazón de su hijo late en el cuerpo de Edier Jiménez, ¿qué siente cuando lo ve a él?

Siento como si fuera mi chiquito. Es algo tan fuerte que siento que no lo puedo abrazar porque si lo hago seguro le saco el corazón, entonces mejor le doy la mano y le digo: “papito, -como le decía a él-, todo va a salir bien, usted nada más haga caso a todo lo que le dice el doctor”. Es increíble lo que le hicieron en el corazón. Gracias a Dios que de los órganos que han trasplantado de John, ninguno ha sido rechazado por las personas.

Suena a que la muerte de John no fue en vano.

Así es. Mi hijo murió para darle vida y esperanza a otras personas que estaban enfermas como Edier. Su muerte es dolorosa, pero ya hay cuatro personas con vida en este momento y eso la verdad me hace muy feliz.

¿Qué le dice a la gente sobre la donación de órganos?

Ojalá todo el mundo optara por hacer lo mismo, aunque evidentemente para otros no vale tanto. Ahora me tengo que acostumbrar a vivir sin mi hijo.

Perfil

Jimmy Castro

Oficio: taxista.

¿Quién es? Padre de John Mauricio Castro, ciclista asesinado el pasado 30 de enero cuando disfrutaba de una sesión de ciclismo de montaña con algunos de sus amigos en las cercanías de Patarrá.

Legado: El corazón de John Mauricio Castro le da vida a Edier Jiménez, quien recibió el trasplante en el hospital Calderón Guardia. Sus pulmones e hígado fueron donados a otras tres personas.