Madrid, España/ EFE y AFP.- Los padres del español Antonio Meño, de 42 años, tetrapléjico y en coma vigil desde hace 22 años tras una operación de rinoplastia que se complicó, recibirá 1.075.000 de euros de indemnización ($1,5 millones), por parte de las aseguradoras de la clínica privada donde lo operaron en 1989.
Las aseguradoras del centro médico Nuestra Señora de América, llegaron a este acuerdo con Antonio Meño y Juana Ortega, panaderos jubilados, después de un acto de conciliación. El anestesista acusado de negligencia fue condenado en primera instancia por imprudencia, pero puso un recurso que prosperó y lo declararon inocente.
Este aseguró que Meño sufrió un vómito que lo asfixió cuando estaba en reanimación tras la intervención realizada. Pero en noviembre pasado el Tribunal Supremo español decidió reabrir el proceso para tomar en cuenta la declaración de otro testigo.
Testimonio clave
Ignacio Frade, un médico que estuvo en el quirófano (como practicante) durante la cirugía, decidió ofrecer su testimonio después de que un día, casualmente, se encontró con la familia de Meño en una céntrica plaza de Madrid, donde acamparon durante 522 días para reclamar atención por la situación de su hijo.
Según el testigo, que decidió hablar tras descubrir las consecuencias de la operación, el anestesista estaba ausente del quirófano cuando se produjo una alteración en la frecuencia del ritmo cardiaco. Frade dijo que Meño entró en coma porque se desconectó el tubo por el que respiraba.
Ahora, el Tribunal Supremo anuló todas las sentencias anteriores que absolvían al anestesista y a la clínica, y que condenaban a la familia a pagar por las costas judiciales. Ortega reconoció entre lágrimas que no está contenta con el “miserable” acuerdo, pero que lo aceptó por recomendación de su abogado y porque no tiene fuerzas para otro proceso.