México/El Universal y AP.- La adicción a Internet padecida por algunas personas puede llegar a ser tan grave como los problemas con el alcohol y el tabaco, revela un nuevo estudio realizado en el Reino Unido.
De acuerdo con la firma británica Intersperience más del 50 por ciento de las personas entrevistadas mostraron molestia cuando se les pidió alejarse de las nuevas tecnologías durante un periodo de 24 horas.
Según el estudio el 40 por ciento se sintió “solo” cuando por el mismo número de horas no pudieron enviar mensajes de texto desde sus celulares, usar su correo electrónico o revisar sus cuentas en las distintas redes sociales.
Algunos de los participantes en la dinámica ni siquiera pudieron cumplir el plazo de 24 horas, argumentando que no les era posible pasar un día sin acceso a estas tecnologías.
Las edades de los entrevistados oscilaban entre 18 y 65 años, y aquellos de menor edad fueron los que resintieron de manera más negativa el cambio de rutina, mientras que los que sobrepasaban los 40 manejaron la situación con más normalidad.
Sólo 23 por ciento de las personas que colaboraron con el estudio dijeron sentirse “libres” sin el acceso a la conexión a Internet durante un día completo.
Apegados a teléfonos multiusos
Psicólogos y otros especialistas están preocupados por otro problema creciente: la adicción de muchas personas a sus teléfonos. A veces, parecería que están mucho más dispuestos a interactuar con sus teléfonos que con otros seres humanos.
Al ver a personas que obtienen su primer teléfono multiusos, hay una progresión muy rápida de tener un teléfono básico sobre el cual uno no dice gran cosa, la gente que ama su iPhone, le pone nombre a su teléfono, dijo Lisa Merlo, directora de entrenamiento en psicoterapia en la Universidad de la Florida.
La creciente dependencia produce que más personas abandonen sus iPods, cámaras, mapas y libretas por la enorme variedad de capacidades de los celulares.
Merlo, psicóloga clínica, dijo que entre los comportamientos problemáticos que ha observado son que algunos pacientes fingen estar hablando por teléfono para evitar contactos con otras personas en fiestas y bares. Otros están tan ensimismados con sus teléfonos que ignoran a todo el mundo a su alrededor.