Muelle de San Carlos.En el tercer día de trabajo en el Norte, Alajuelense decidió hacer algo diferente. Por la mañana dejó el hotel Tilajari y se marchó a Monterrey, un pueblo cerca de Guatuso.
Ahí realizó su práctica normal, con la presencia de muchos aficionados, principalmente niños y jóvenes que se acercaron a ver de cerca a sus ídolos.
Una vez acabado el entrenamiento, la gente tomó la cancha y se abalanzó sobre jugadores y cuerpo técnico. Flashes iban y venían, así como los lapiceros, “pilots”, hojas y camisetas. Todo por guardar un recuerdo de la primera vez que estuvieron en contacto con la Liga.
“Es una gran emoción porque he sido liguista siempre y es la primera vez que los vemos tan cerca”, manifestó Carolina Duarte, quien llegó con sus hijos al entrenamiento manudo, y en su cámara llevaba las fotos con todos y cada uno de los jugadores erizos.
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