Diana Vega, colaboradora
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San Rafael, Alajuela. Al "Macho" Ramírez se le desarmó el naipe ofensivo, la salida y las lesiones de delanteros y volantes le complicaron el panorama en este campeonato, pero curiosamente los platos rotos los pagó el equipo en su retaguardia.

Ofensivamente los números son similares: en el Invierno 2010, en la jornada 12, los manudos sumaron 18 tantos, y en este certamen llevan los mismos tantos.

Sin embargo, de la defensiva menos batida de aquel entonces, no queda más que historia, pues de 8 goles en contra pasaron a 17, es decir, más del doble.

“Perdimos gol, velocidad, agresividad, jugadores claves que los demás equipos les temían y nos liberaban a otros que aprovechaban su espacio. Era todo un conjunto del mediocampo hacia arriba”, dijo Mauricio Montero, asistente técnico.

¿A quién culpar?

A nadie, más que individual, el problemas es grupal. La salida de dos cambios perfectos - Diego Estrada y Marco Ureña -, sumada a la de Mario Camacho y las lesiones de Argenis Fernández y Alejandro Alpízar, han obligado a un cambio de juego.

En el certamen anterior la Liga estaba más cerrada, pero aprovechaba los pelotazos y la velocidad por los costados. Ahora su juego es más abierto y debe llevar la pelota por las bandas.

"La Liga tiene una nueva propuesta, un cambio de sistema por las variantes que hemos tenido, y tenemos que adaptar a los jugadores", agregó el "Chunche" Montero.

No obstante, los jugadores insisten que este cambio de sistema le ha permitido a sus rivales dañar las redes de sus guardametas.

"Es difícil, hubo un cambio muy drástico que para cualquier equipo es difícil de corregir y los rivales no nos están perdonando, la primera opción que tienen termina en gol", agregó el zaguero Luis Marín.