Edgar Chinchilla, corresponsal GN y Carlos Láscarez S.
clascarez@aldia.co.cr

         

San Carlos.- Un adolescente de 17 años se mantiene secuestrado por un grupo de varios hombres, quienes lo habrían sacado a la fuerza de la vivienda donde habita solo, comentó una fuente policial.

El plagio fue descubierto ayer a las 8:30 a.m. en el poblado de Chambacú, a siete kilómetros al norte de Monterrey de San Carlos, luego de que a allegados del menor les extrañó que no se presentara a trabajar.

La última vez que el joven fue visto, fue anteayer a las 9 p.m., luego de cenar con unos familiares. Esa noche llegó a su casa con un pollo vivo que en apariencia cocinaría después. En la mañana, al llegar familiares a la casa vieron gotas de sangre y al pollo en el suelo, no así al adolescente, quien tenía la tarea de ir a ordeñar.

Exigieron suma millonaria

Alrededor de las 9 a.m. ingresó ayer a la casa de sus padres una llamada, misma que atendió su madre y donde el grupo secuestrador le pidió en apariencia una suma millonaria a cambio de su liberación. Para constatar que se trataba del menor, este saludó de forma breve, luego le quitaron el teléfono y cortaron, trascendió.

A partir de ese momento, Fuerza Pública y agentes del OIJ de San Carlos se dieron a la tarea de recrear las últimas horas.

Además se contó con la ayuda de perros especializados de la Fuerza Pública.

Más de 30 efectivos entre policías y y oficiales del OIJ trabajan de forma intensa para esclarecer lo ocurrido.

El padre del secuestrado es un hombre propietario de una finca de 500 manzanas, la mayoría dedicada a la ganadería.

Hace pocas semanas se había manejado entre varios finqueros una alerta de secuestro, con el fin de que extremaran los cuidados.

En la casa que allanó el OIJ, dos meses atrás se habían encontrado confites y colillas de cigarro que no debían de estar allí.

Asombrados

Gonzalo Rojas.

Gonzalo Rojas, vecino zona.

Estamos asombrados por lo que ocurrió. Este es un pueblo tranquilo. No paramos de pensar en la vida del muchacho que no aparece”.

María Teresa Sibaja, lugareña.

Familiares ya habían mostrado preocupación porque se habían encontrado colillas de cigarro en una casa abandonada meses atrás”.