Los gritillos agudos de los niños se oían al fondo de la conversación telefónica mientras Melissa Ramos contaba porqué es “la mujer más feliz del mundo”.
Su vida cambió por completo desde aquel día de enero en que el médico le dijo que sería madre de cuatrillizos, únicos de este 2011.
Pero ellos no fueron concebidos de modo natural. Consciente de que un problema se lo impedía, Melissa decidió un día buscar en Internet la lista de clínicas de inseminación artificial.
No había otro modo. Se había separado de su esposo años atrás y ahora su afán era experimentar un sentimiento que guardaba en su corazón y que en sus 24 años de vida no encontró en relación alguna: el amor de su madre.
Oriunda de Limón, se fue a trabajar como recepcionista del hotel Blue Palm, en Jacó, y cuando tuvo los ¢650 mil que costaba el proceso, fue a la clínica de inseminación artificial, en Escazú. Luego se encomendó a Dios.
“Los nenes progresan mucho”
Stefanía, Wálter, Isabella y Jeikel llegaron al mundo la mañana del 6 de setiembre. Ya empezaron a conocerse entre ellos mismos y ha sido bastante bonito, concluye sin poder contener su risa.
Más orgullosa que angustiada, la abuela Fanny Gómez dice que la casa se llenó de alegría. Admite que la relación filial con Melissa fue excelente.
“Nos contábamos todo. Desde que ella estaba en mi vientre, estaba deseando que fuera una nena. Ahora vamos a echarle ganas al trabajo para seguir adelante porque ahora vivimos 12 en esta casa”, manifestó.
Fannysa es el nombre de la pulpería y soda de donde la familia obtiene el sustento.
“Hoy ha sido un día en que los dos varones no quieren dormir. Se despiertan, comen y van descubriendo sus manos o siguen con la mirada las nuestras”, agrega Melissa.
Será cuando ellos no ocupen tanta atención en que busque un trabajo en Limón. Podría dar clases particulares de inglés en casas, como alguna vez lo hizo en Jacó. Para diciembre, la comunidad le prepara un té de bienvenida y ese mes también será el bautizo. Todos van a tener diferentes padrinos y madrinas.
A casa de “La Negrita”
Melissa se declara católica. Espera a que sus hijos estén “menos fragilitos” para llevarlos a la Basílica de Los Ángeles.
“Le habíamos pedido a la Virgencita que los mantuviera con bien y tenemos una promesa por cumplir ”. Aunque una vez en el “Centro Fecundar” vio fotos del donante que ella eligió, no siente curiosidad por saber datos de esa persona. No le hace falta saber quién es. Sonríe y dice: “sinceramente, se parecen a mí”.
La primera en nacer fue Stefanía, luego Wálter, minutos después Isabella y por último Jeikel.
Cuando tomó la decisión de ser madre soltera, sabía que un esfuerzo doble le esperaba. No descarta tener una pareja a futuro. “El que quiera la gallina, tiene que querer a los pollitos”.
Del México, los pequeños pasaron al hospital Tony Facio. Lograron su peso ideal y fueron dados de alta el 24 de octubre.
Antes del 2.000 nacieron 15 ticos In Vitro. Luego la técnica fue declarada inconstitucional por considerar, la Sala IV, que atenta contra la vida humana. Para Melissa, resultó todo lo contrario. Colaboró Róger Amoretty
