Nacionales
Domingo 13 de noviembre de 2011, Costa Rica

De hoy

Evangelio

Álvaro Sáenz Zúñiga, presbítero

asaenz@liturgo.org

Hoy se nos ofrece a la consideración un evangelio propio de los “últimos días”, enmarcado en las alabanzas a la mujer hacendosa (Prov. 31, 10ss) y una llamada a la espera ansiosa de Jesucristo (1Tes 5, 1-6). La elocuente parábola de San Mateo nos dice qué pasará cuando el Señor regrese y pida cuentas.

Se compara el Reino con un hombre inmensamente rico que sale de viaje, y antes reparte el control de sus negocios entre sus siervos. Les da plenos poderes y grandes sumas de dinero. Según la capacidad de cada cual uno, dos y cinco talentos. El talento no es una moneda. Es un monto inmenso. Algo así como los salarios de un obrero por cien años.

El resultado del experimento lo determina el compromiso del siervo. Quien recibió cinco talentos produce cinco; el que recibió dos, otros dos. Pero no basta solo “creer” para llegar a Dios. Si bien es cierto la salvación es gratis y solo extendemos la mano para tomarla, esa salvación me abre una expectativa respecto a Dios y son las responsabilidades con todos. La salvación es gratuita, pero la santidad depende de mi compromiso, de mi imitar a Jesucristo. Seré santo si me empeño, si invierto bien los talentos recibidos. Quien recibió un talento fracasa. Consumido por el miedo a Dios prefirió enterrar el dinero. No quiso arriesgarse. La reacción del Señor es tremenda. Lo llama “servidor malo y perezoso”, le quita el talento y le expulsa. Y Mateo nos repite aquello de: “a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene”.

Tienen éxito quienes se apasionan con las cosas de Dios. Eso hace que mis metas tengan éxito. No puedo esperar al Señor con los brazos cruzados. Debemos esperarlo con entusiasmo y responsabilidad en la forja del mundo.

¡Trabajemos por el reino, solo así se nos acogerá en él. Entreguémosnos por él, asumámoslo. Invirtámoslo todo. Empeñémosnos en la construcción del proyecto que Dios nos da en Jesucristo.