Nueva York/ AP.- Un jurado otorgó una compensación de un millón de dólares a una familia que demandó a la municipalidad de Nueva York tras conocer que el cerebro de su hijo estaba en un frasco en la morgue de la ciudad.
Los familiares de Jesse Jerome Shipley, fallecido a los 17 años, dicen que se enteraron por una coincidencia macabra en el 2005 de que la oficina del forense había conservado el cerebro y otros órganos del joven para ensayos. De acuerdo con el periódico Staten Island Advance, compañeros de clase de la hermana de la víctima en una visita escolar a la morgue del condado Richmond vieron un frasco que contenía un cerebro y cuya etiqueta llevaba el nombre de Jesse. La hermana de Jesse, de 14 años, iba junto con su hermano en el automóvil protagonista del accidente fatal dos meses antes.