Desde que nació Shiloh Pepin demostró que sería toda una luchadora.
Cuando a su madre, Leslie Pepin, le dijeron que su hija venía con esta enfermedad, le dieron la opción de abortar pero ella decidió seguir con el embarazo.
La pequeña a la que los médicos no le daban más que unas semanas de vida, venció los pronósticos y vivió siendo una niña sirena durante más de 10 años.
Después de celebrar su décimo cumpleaños falleció a causa de una neumonía.
La niña estadounidense nació con una malformación conocida como sirenomelía, cuya característica más significativa es la unión de las piernas.
Esta condición se presenta en uno de cada 60 mil nacimientos y los niños que la padecen generalmente no sobreviven por muchos días al nacer.
En el caso de Shiloh , una cirugía para separarle las extremidades era imposible pues carecía de varios órganos vitales.
Sin embargo en un documental transmitido por el canal Discovery, la niña dijo sentirse feliz así como era.
Su caso fue un ejemplo de inspiración para muchos, según el sitio de elmundo.es quienes la trataron la describían como una niña muy cariñosa que le gustaba dibujar, cantar y estar con la gente.
Incluso la pequeña acudía con normalidad al colegio en su ciudad natal, Kennebunkport donde era muy buena estudiante.
