Curridabat. - Alonso “El Mariachi” Solís, ídolo de multitudes moradas enloquecidas con sus fintas, pases, goles, carisma y humildad, reconoce que por momentos, se ha sentido pisoteado en el Saprissa de sus amores.
A sus 32 años, acepta que atraviesa por uno de los momentos más difíciles de su carrera, marcada por el éxito y, más recientemente, por las lesiones.
“Le soy sincero: en algunos momentos me he sentido pisoteado, algo para lo que yo tenía que estar preparado, pero le confieso que no me lo esperaba”, nos dice Alonso en la sala de su casa, en Curridabat, en una amplia conversación ayer por la mañana para los lectores de Al Día.
“Yo pienso que uno como ser humano tiene derecho a sentirse mal, pero soy un ganador. Por eso he sabido levantarme”, agrega.
El “10” nos atendió luego de estar viendo los partidos del equipo que lo vio nacer, desde las gradas, desde la fecha cinco cuando jugó por última vez en la derrota 2 por 1 ante Cartaginés.
Habla de frente, es claro en sus verbos. Se guarda lo que se tiene que guardar por el respeto que le tiene a la institución tibaseña, aunque confiesa que en ciertos momentos siente que su trayectoria no es respetada.
No se ve vistiendo otra casaca, solo la morada. Por eso le aturde la posibilidad de que a falta de regularidad con Saprissa, deba dejar el club en diciembre y buscar otra alternativa en otro equipo, en donde pueda ver más minutos.
“No me veo vestido con otros colores que no sean los de Saprissa. Mi deseo siempre ha sido jugar con Saprissa, es el equipo que siempre he amado”, afirma.
“No sé qué va a pasar cuando termine el torneo. Me ha hablado mucha gente de otros clubes, pero sería mentirle si le digo que tengo una oferta concreta”.
“Yo quiero estar enfocado en el Saprissa. Al rato tengo la oportunidad de jugar, la posibilidad está latente, mientras esté en el equipo trataré de hacer lo mejor y claro... ¡a esperar el milagro!”, bromea entre risas refiriéndose a la poca acción que ve en la “S”.
Solís es consciente, sabe que con “Guima” jugará pocos minutos aunque los que juegue los espera aprovechar al máximo.
“Yo solo quiero demostrar que aún tengo condiciones, que todavía puedo hacer un gol, una buena jugada o un buen pase”.
Un resentimiento del pasado
Alonso hace un análisis de su carrera. Se siente realizado, satisfecho y contento por las alegrías que le ha podido dar a la exigente afición de Tibás, la cual en su mayoría lo adora y lo quiere ver en la cancha, no en las gradas.
Cuando habla de amigos en su vida cita a muchos, entre ellos los hermanos Drummond, “Paté” Centeno, Wilson Muñoz, Celso, Alemán, Rolando, Nelson y Luis Fonseca, Armando Alonso, Michael Barrantes, Gabriel Badilla, “Chico” Porras, entre otros más.
En su carrera, a Solís le sobran los amigos y amistades, pero manifiesta que le faltó algo: ir a una Copa Mundial. En el 2006, el que hoy es su técnico, lo dejó fuera de la lista de jugadores que viajaron al certamen en Alemania.
“La verdad viví resentido con Guimaraes durante un par de años. Me dolió que no me convocara al Mundial del 2006, creo que lo merecía, pero ese resentimiento ya no existe”, expresa.
Sobre su relación con el estratega saprissista no se quiso referirse mucho, solo enfatizó en que entre “Guima” y él no hay relación. “Hay un vínculo entrenador y jugador, nada más. Él nunca ha sido mi amigo”, agudiza.
No quiere pensar en retirarse con otro club. Hoy Solís se pregunta: “ ¿Por qué no juego?”.
“Casi todos los compañeros han tenido participación en cuatro partidos o cinco, bien o mal pero los han tenido, yo no le estoy diciendo al técnico: póngame por favor, solo necesito de seis a diez partidos para demostrar que aún puedo y si no es así, me hago a un lado, no hay problema”.
Del joven de 17 años que debutó con Saprissa en 1996, hay un jugador completo que pide un sitio y no precisamente en gradería.
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