Un asistente jurídico de la Fiscalía de Narcotráfico, de apellido Valverde (32 años), habría utilizado un correo electrónico para brindar informes a organizaciones narco sobre investigaciones policiales.
Así lo acusó el Ministerio Público durante la apertura del debate que se le sigue junto a un extranjero de apellido Valverde, de 31 años. Ellos figuran en una causa por infracción a la Ley de Psicotrópicos y asociación ilícita.
Valverde se abstuvo de declarar ayer. Durante la lectura de la acusación, la fiscala Ileana Mora indicó que los sospechosos ayudaban a dos organizaciones de tráfico internacional de drogas.
En el caso de Valverde, dijo que se aprovechó de su cargo para pasar información, entre esta los nombres de personas a las que se les seguía causas, domicilios de algunos de ellos, números telefónicos y hasta las matrículas de los vehículos bajo investigación.
Manejaba información vital
La representante de la Fiscalía también aseguró que el funcionario judicial estaba al tanto de los allanamientos que se efectuarían, así como de las intervenciones telefónicas.
El Ministerio Público aseguró que para los meses de enero y febrero del 2011, los sospechosos abrieron una cuenta de correo electrónico en hotmail.
Allí registraban información en la carpeta de borradores, entre esta sobre casos que se tramitaban. Para esto usaron el seudónimo de “Secretaria”.
Esa carpeta la compartían con dos líderes narcos: un colombiano y un mexicano.
Para el 18 y 19 de febrero, Valverde al parecer llamó a uno de los líderes –alias “Jorge” – y lo alertó de un operativo financiado por la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA).
Este se llevaría a cabo en los días siguientes, en la zona sur. Le sugirió que estuviera atento, según acusó la Fiscalía.
Un oficial de la Policía de Control de Drogas (PCD), subjefe del Departamento de Inteligencia, comentó ayer que la investigación por el caso “Negro” inició desde el 2011.
Los ojos y oídos de la organización
Los agentes se enteraron de una organización dedicada al tráfico internacional de drogas que había reclutado “a un tal Vinicio”, empleado de la Fiscalía.
Luego de varias pesquisas, comprobaron que Valverde, el contacto, era un hombre de confianza de la Policía, pues con ellos había trabajado muchos casos.
“Él (Valverde) tenía dos celulares: uno para su trabajo y ámbito judicial y el otro para hablar con pocas personas, entre éstos los líderes narcos. Se llegó a convertir en los ojos y oídos de la organización”, afirmó el testigo.
Dijo que Valverde tenía acceso al 90 por ciento de la información que se tramitaba, alguna sensible y conocía a los agentes de la PCD.
