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Guápiles. - Las vueltas que da la vida, el mismo delantero que Óscar Ramírez sacó por la puerta de atrás del Morera Soto, anoche le hizo tragar grueso.
Cristian Lagos, el hombre que terminaba acribillado por la afición liguista, abofeteó al tricampeón con un doblete en la victoria del Santos 3-1.
Un triunfo dorado para los santistas y un síntoma más del endeble momento que viven los erizos, al sumar su tercera derrota consecutiva. Ya huele a crisis.
Derrumbe rojinegro
El juego estuvo sacudido por detalles que depararon réplicas. Primero el gol que marcó el argentino Maximiliano Ardetti tras bajar el balón con su pecho, y tocar preciso lejos de los guantes de Iván García.
Ese dardo al minuto 13 puso al león contra la pared, hasta que Wálter Chévez anotó de penal la paridad al 35´.
Luego, Pablo Gabas se le barrió por detrás a Ardetti y terminó en las duchas primero que todos (38). Justo cuando los liguistas lamentaban la roja de su capitán, les pitaron otro penalti a su favor, sólo que esta vez Minor Álvarez lo bloqueó.
De vuelta al campo y aún con la resaca del entretiempo, apareció el gol de Cristian Lagos.
El larguirucho delantero desvió con su cabeza el esférico y sacudió las redes. Lagos, quien se va a la MLS a jugar con el Dynamo de Houston, gritó a todo pulmón la anotación frente al técnico que meses atrás lo sacó de la Liga.
Y como al que no quiere caldo, le dan dos tazas, Lagos repitió la dosis por la misma vía, aprovechó un boquete entre Palma y Ariel Soto y ensartó el tercer dardo. La venganza de Lagos consumada, así como el tercer traspié al hilo de un monarca irreconocible.
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