Vivir Hoy
Domingo 22 de julio de 2012, Costa Rica

La educación sexual debe empezar en casa: papás deben buscar un diálogo abierto con adolescentes

Hable de sexo sin rodeos

Patricia Recio G.

arecio@aldia.co.cr

Dejar los tabúes y el miedo de lado es el primer consejo para los padres a la hora de abordar con los adolescentes los temas relacionados al sexo..

Según Rocío Solís, psicóloga y directora de la Contraloría de Derechos Estudiantiles del Ministerio de Educación Pública, es importante que los padres abran buenos canales de comunicación y que aprendan a conversar pero sobre todo a escuchar a sus hijos.

Janina Córdoba, psicóloga de Integra Vita, además apuntó a que antes de comenzar a hablar los papás deben informarse, dejar de lado los mitos y buscar datos sobre qué están hablando los jóvenes actualmente, para transmitirlo a sus hijos.

La psicóloga experta en temas de familia, María Ester Flores, también recomienda dejar de lado lo técnico o moralistas y procurar que la conversación sea lo más fluida y natural posible.

Las tres expertas coinciden que el paso inicial de la conversación debe ser la parte afectiva y emocional de las relaciones, antes que comenzar a hablarles de condones, pastillas y las consecuencias que es lo que usualmente hacen los papás cuando hablan con sus hijos.

Según Córdoba al reforzar temas como el manejo de emociones, autoestima y la parte afectiva los jóvenes van a tener mejores herramientas para enfrentar las presiones.

Además es importante que los temas de sexo se hablen desde que los niños empiezan a conocer su cuerpo tanto por prevención como para que exista confianza.

Es fundamental llamar los órganos genitales por su nombre, sin apodos y cualquier otro término relacionado a la sexualidad de la manera correcta.

A la hora de hablar

Momento y lugar. Antes de comenzar debe estar seguro de que cuenta con el tiempo necesario en un ambiente tranquilo para conversar.

Tranquilos. Si le sorprende todo lo que sabe, demuestre tranquilidad. Pues si se asusta puede que lo inhiba y deje de contarle lo que conoce.

Pregunte. Antes de responder a una pregunta, pregúntele a su hijo o adolescente cuánto sabe sobre el tema (esto le ayudará a no confundirlos).