Sucesos
Lunes 4 de junio de 2012, Costa Rica

En Concepción de La Unión, Cartago

Asesinó a balazos a esposa y se mató

Nicolás Aguilar R.

naguilar@nacion.com

Concepción de La Unión. - Las amenazas de muerte eran tan frecuentes que ya nadie le creía.

A este joven de 21 años, quien laboraba como bodeguero, le temían, pero no lo tomaba en serio.

Sin embargo, la madrugada de ayer cumplió su palabra llevando dolor y muerte a dos familias en el distrito Concepción de La Unión, provincia de Cartago.

A la 1:05 a.m. de ayer, dos balazos y los gritos desgarradores de una madre despertaron a muchos vecinos de esta comunidad.

Mabel Tatiana Arce Bermúdez, de 27 años, cayó muerta en la sala de su casa tras recibir dos disparos, ambos a quemarropa.

Recién volvía de un baile y conversaba tranquilamente con su mamá, Elvira Bermúdez, quien le cuidaba dos hijos, un varón de dos años y una niña de cuatro.

Según informes confirmados por la Fuerza Pública y el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), el autor de los disparos fue Estiven Miguel Solano Ríos, quien segundos después se disparó en la cabeza y murió.

“Yo le grité, me la mataste, y entonces él se me quedó viendo, se puso la pistola en la cabeza y se mató. Este dolor ahora me está matando a mí”, exclamó entre sollozos Bermúdez.

Historia de agresiones

Las agresiones, tanto psicológicas como físicas, por parte de Solano contra su esposa no eran nuevas. “Se conocieron hace más de cinco años y siempre le pegaba, siempre fue lo mismo, por eso mi hija lo dejó definitivamente hace más de año y medio”, recordó ayer José Alfredo Arce Abarca.

Pese a ello, había un vínculo afectivo muy fuerte entre ambos y se encontraban ocasionalmente.

El domingo pasado fue la última vez que se vieron en un restaurante en el centro de Tres Ríos. Allí, el fugaz encuentro terminó de nuevo con amenazas y golpes.

“Mi hija quedó con las piernas todas moradas de la golpiza que ese hombre le dio. Ya fue demasiado. La convencimos para que lo denunciara y pidiera las medidas de protección de Ley”, afirmó ayer su madre, mientras lloraba desconsoladamente.

Pese a ello, Solano siguió llamando por teléfono a la mujer para recordarle que “no podía salir con nadie” y aprovechaba para amenazarla de muerte.

“Muchas veces le advirtió que la mataría junto a los chiquitos. Antes de dispararle a mi hija le vi su rostro; daba miedo. No se qué pasó, uno siempre aconseja lo mejor posible a sus hijos”, dijo.

Ayer, no fue posible determinar si las autoridades judiciales habían dictado algún tipo de medida de protección a favor de la madre, la madrugada de ayer acribillada a balazos.