Domingo 24 de junio de 2012, Costa Rica

Manuel Ruiz, actor y director de teatro

“Me siento en duelo”

Allan Andino

aandino@aldia.co.cr

En la calle es usual que lo llamen “Don Paco”, y ese cariño proveniente de personas que no lo conocen afirmó no tiene precio.

Si decidió no continuar –como otros tres actores – en la serie “La Pensión”, fue por defender lo que siempre ha predicado como profesor y director de la carrera de Artes Dramáticas de la Universidad de Costa Rica.

En medio de las carreras porque ayer su hija contraía matrimonio, Manuel Ruiz nos mostró su lado familiar, qué estaría haciendo de no haber elegido el teatro y lo bien que se siente haber dejado el cigarro.

¿Cuántos hijos tiene?

Tres. Federico que es politólogo de 30 años, Carolina de 28 y sacó la carrera de Turismo, ella ya se me casa (ayer), y Roberto de 19 que estudia Informática.

¿Mucha carrera por la boda de su hija?

Sí, estoy fascinado. El año entrante tal vez empezaré a chinear nietos. Pues triste no estoy, al contrario que dicha, que bueno.

¿Es estricto como suegro?

No, me tocó un buen yerno, conmigo y con mi esposa. Es un chico buena nota, también es artista, es músico y está en un grupo, tal vez por eso nos entendemos (risas).

¿Cuáles son las tentaciones de Manolo?

¡Los helados de choco-almendras! Me gustan de la Pops. Con el teatro he andado por el mundo, probé los “gelatos” en Italia pero nada como los de choco-almendras de acá, ese es mi problema.

¿Se parece en algo Manolo Ruiz al personaje “Paco”?

Muy poco, sería en el buen humor que le transmite a la gente. Por lo demás tengo una vida muy distinta, solo tengo una mujer gracias a Dios, “Paco” tres, es machista, y con hijos por montón.

¿Cómo le va con la dieta?

Ahí voy, recupero peso, los bajo, ahorita estoy sobre pesado con relación a lo que marcaba antes. Por mi trabajo duermo poco, tengo un horario de vida diferente a una persona normal. Trato de mantener un equilibrio, pero me mantengo bien, de salud estoy bien. Me hice exámenes de todo y estoy pura vida, pasé Riteve.

¿Se priva de comer algo?

Casi no como harinas.

¿Es buen o mal cocinero?

Muy bueno, me quedan muy bien las carnes dejándolas trabajadas el día anterior y los estofados. En el pasado pensé en ponerme un restaurante, frente al parque Juan Santamaría en Alajuela, donde mi hija tiene un hotel, y le iba a poner “El mesón de guerra”.

¿Se puede vivir de la actuación? ¿del teatro?

De la actuación todavía no, cuesta mucho. Del teatro si tienes una sala y son obras comerciales dignas sí, no esas chabacanas, aunque creo que también hay gente que compra esa basura. Competir comercialmente haciendo teatro de calidad, de forma honorable, obras dramáticas, pero sí cuesta.

¿Considera que su vida gira en torno al teatro?

Sí, en mi caso me dedico tiempo completo a ello. Soy director del teatro Universitario y el de Artes Dramáticas de la UCR, ya se me acaban los cuatro años y reconsideraré la reelección. Me entusiasma mucho a otros les cuesta más porque solo están con la actuación, yo tuve esta dicha.

¿Alguna vez le pasó que se le olvidaron las líneas?

¡Claro! A todos los actores nos pasa. No me considero el mejor, pero tampoco el peor. Nosotros lo llamamos “el blanco”, que olvidamos lo que seguía. Me pasó hace poco en el día de estreno de la obra “La escuela de mujeres”.

¿Es verdad que tuvo una experiencia sobre natural o relacionada a fantasmas?

Sí, pero para esto debes creer en el más allá o esas cosas de metafísica. Pasó en el antiguo teatro universitario en Bellas Artes de la UCR. Hacíamos una obra y ese día murió una compañera nuestra, Yamileth Bonilla a las 5 a.m., además cumplía años de fallecida la autora de la obra. Vinicio Rojas y yo nos estábamos maquillando frente al espejo previo a la obra, levanté mi mirada y vi una monja detrás de nosotros, voltié y no estaba. En eso me dijo él: ¿ya la viste? Y le respondí describímela, y lo hizo tal cual la vi, hace rato anda por ahí me comentó.

Una radiografía

¿Qué lo hacen enojar?

La falta de transparencia. Me gusta ser conciliador, pero la gente intransigente, que no es transparente, que lo predican pero no lo son me molesta.

¿Hace cuánto dejó de fumar?

Desde que empecé en “La Pensión” en 1999. Yo era fumador, pero de emergencia me operaron de una hernia y estuve en el hospital. En la casa nunca lo hice por mis hijos. Mi suegro falleció de eso, Francisco Dall’ Anese padre y lo recuerdo con cariño. Ya no soy fumador compulsivo ni nada de eso, ni sé cuánto vale una cajetilla.

¿Virtud y defecto?

No sé, la gente dirá. Trato de ser solidario y ayudar a la gente. Luego todos tenemos defectos, Marcela Ugalde dice que hablo mucho (risas), pero es que me gusta conversar, aprender.

¿Hace deporte?

Me encanta, fui portero de la selección de fútbol del Colegio La Salle, pero por un problema en mis ojos no continué. Ahora por mi doble nacionalidad (tica y española) disfruto el momento que vive España, tantos años que la pasaron horrible. Pero no solo en fútbol, en ciclismo, Fórmula 1, tenis y baloncesto con Pau Gasol.

¿Qué proyectos tiene en su mente desarrollar?

Estoy matriculado con el Teatro Universitario y la Escuela de teatro (de la UCR). Hay un programa de la Unesco del que somos parte que consiste en teatro por el mundo, con intercambios de experiencias a nivel teatral y si salgo reelecto me gustaría continuarla. También sacar una maestría que está por ahí dormida, y sigo con el proyecto de Teatro Espressivo en Momentum, Curridabat, del grupo “Terruño Espressivo”.

¿A cuál actriz le gustaría darle un beso de telenovela?

(Risas) Que pregunta más comprometedora. Bueno hay muchas actrices hermosas con las que he trabajado, Natalia Pereira es una de ellas. Es buena actriz.

¿Por qué mantiene ese “look” de dejarse una colita?

(Risas) Hace años tengo ganas de hacer un personaje de Shakespeare, John Falstaff. Es un bohemio, matón, borrachón, gordito, mujeriego, súper buen espadachín y aventurero. Quiero hacer un espectáculo con él y mantener el pelo largo ayuda a los actores a más opciones de papeles. Además me estoy quedando calvo y ayuda a tapar esos vacíos (risas). Todavía soy un “hippie” viejo.

En corto

Manuel Francisco Ruiz, nacido un 15 de febrero tiene 55 años, es vecino de El Llano de Alajuela.

En el teatro comenzó de forma profesional desde 1977, tiene 35 años activo.

El 26 de julio en el Teatro Espressivo recreará la obra “El cuarto de Verónica”. Maneja junto a Carlos Alvarado “Camacho” la Compañía Cómica de Comedia o “C³”.

Las 5 rapiditas

¿Cree que La Zaranda no midió las consecuencias?

Volvieron cinco de los nueve actores, en parte es un triunfo para la productora. Luchamos porque nos dieran los capítulos que se nos quitó todos los meses y no despidieran a nadie. En el camino nos dimos cuenta de cosas laborales y si callas eres un cómplice. Yo no quiero ser cómplice de una empresa en la que confié, en la que una vez me sacaron en ambulancia del set. Casi hasta mi vida di. Soy directo, enseño ética, si no es dando clases lo hago con el ejemplo. Óscar Castillo y Arnoldo Soley, (productores ejecutivos de la serie) no son así. Hicieron incorrecciones severas.

¿Hay nostalgia por dejar el personaje?

Sí, me siento como en duelo, luego vendrá la nostalgia. Ya puesta la lucha no puedo ceder, pero el futuro es desconocido, no sabemos que vendrá.

¿Qué le puede decir a los televidentes?

Por respeto a ellos tomo esta posición que no me gusta. Quisiera seguir haciendo “Paco” hasta que mi vida se apague. “La Pensión” no soy solo yo, los 14 años al aire lo construimos todo el elenco.

¿Qué le dice a los compañeros que decidieron seguir?

Les deseo suerte. Me duele mucho que se haya roto la solidaridad frente al problema, pero son más amigos y artistas que otra cosa. No tengo ningún rencor, la amistad prevalece.

¿Es duro terminar así 14 años?

Me es difícil, soy un conciliador, a ellos que sigan su proceso, pero la empresa se comunicó con todos menos conmigo, me dejaron fuera. “Paco” estará en el corazón de la gente mientras dure, espero que no lo olviden, que cueste un poquito.