Goicoechea.- “Acepto la culpa y me arrepiento de lo que he hecho”, afirmó ayer el mecánico Fabián Enrique Rojas Morúa, de 19 años, luego de que el Ministerio Público lo acusó de un delito de tentativa de homicidio, portación ilícita de armas y robo agravado.
Sin embargo, como lo expuso el juez de Fragrancia, David Hernández, el proceso no era tan rápido como el joven creía, aunque iba decidido a aceptar los 17 años de prisión negociados en un proceso abreviado.
El hecho remonta al viernes pasado en San Francisco de Dos Ríos. Rojas quedó en encontrarse con un hombre de apellido Rodríguez para probar un Mitsubishi Montero (modelo 2004) que el hijo de la víctima tenía a la venta.
Mientras probaban el vehículo, el hoy condenado sacó de entre sus ropas un revólver calibre 38 con balas expansivas y le disparó dos veces. Una bala impactó al señor en el pecho y otra le produjo severas lesiones en una mano.
Luego de huir por 500 metros, el mecánico colisionó con otro carro, lo que fue aprovechado por un vecino para detenerlo.
Al ser revisado, portaba las llaves del carro robado y el celular de la víctima. El sospechoso portaba un celular, un ‘canguro’, unos guantes y la estampa de un santo. “El ofendido jamás pensó que usted le saliera con que era un asalto. Usted andaba un arma con la serie limada y balas expansivas; además de que no tenía permiso de portación. Planeó todo tan bien que no contaba con esos testigos y que se estrellaría”, le dijo de frente el juez Hernández.
El condenado no tiene antecedentes y se mostró inquieto al lado de su defensora.
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