Vivir Hoy
Sábado 26 de mayo de 2012, Costa Rica

Corazón partío

El saldo de ser infiel

Karina Picado, psicopedagoga

karinavidasana@gmail.com

Hace dos años le fui infiel a mi marido, pero cuando reaccioné, me arrepentí, fui honesta y se lo dije. A partir de ahí mi vida se convirtió en un infierno de agresión emocional, con insultos y no me deja en paz. Quisiera desaparecer.

Esa es una consecuencia muy negativa de su acto de infidelidad, pues su esposo no tolera la frustración, el dolor, la traición e incluso el que hayan usurpado el cuerpo de su mujer. Aunque suene machista, en ocasiones a los varones lo que les duele no es el acto sexual inadecuado en sí, sino el que su pareja se haya fijado en otro hombre y que la haya podido enamorar o involucrar en los sentimientos que se suponen eran sólo para él. Esto se lo digo para que entienda la reacción de él, no para que se siga sintiendo culpable, pues con eso sólo gana el sentirse mal y no poder luchar por su salud emocional. Ni usted, ni ningún ser vivo, merece ser maltratado o abusado en ninguna forma. Si él no puede asimilarlo, es mejor buscar ayuda psicológica y espiritual para ver si existe una reconciliación verdadera, donde ambos sanen emocionalmente. Busque medidas de protección legal, para que el agresor ya no cause más daño. No deje de atender a sus hijos.